Domingo 05 de Mayo de 2024

Chernobyl de mentiras en Ciudad Valles

El uso de varillas radioactivas en casas fue usado como pretexto para no pagar y para echar invasores

Miguel Barragán

[Huasteca Hoy]

 

Ciudad Valles.- En 1990, estudiosos de la energía nuclear de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) acudieron al Módulo Habitacional Fovissste, Lomas de Santiago, una colonia habitada por profesores y por trabajadores del Estado, porque surgió la presunción de que en parte de las 242 casas que cifran ese sector se habían usado varillas radioactivas de las que se fabricaron con el Cobalto 60 que contaminó material para construcción, en el accidente radioactivo de Ciudad Juárez, en 1984.

Sin embargo, todo era un ardid creado por los maestros a los que no se les había aceptado su propuesta de que les congelaran los pagos a Fovissste, por las casas que les acababan de entregar.

En la cadena de televisión y streaming HBO, actualmente está de moda la serie de Chernobyl, que trata del accidente nuclear más grande de la historia, ocurrido al norte de Ucrania, en la ex Unión Soviética, el 26 de abril de 1986, teniendo un éxito arrollador en todo el mundo y críticas severas del gobierno ruso por —supuestamente— manejar el guion de manera tendenciosa.

Esta moda del terror a la radioactividad provocó que volviera a surgir el tema del accidente de Ciudad Juárez, de 1984, cuando un trabajador de mantenimiento de un hospital privado llamado Centro Médico de Especialidades fue obsequiado con un montón de “chatarra” para que la vendiera y sacara para los refrescos, cuando en realidad era un dispositivo de radiología, con una cápsula con miles de balines de Cobalto 60, material radioactivo que causa cáncer, malformaciones o enfermedades terminales.

El trabajador vendió los 100 kilos del aparato que había estado embodegado y el yunque “Fénix” fue el que lo fundió para después comercializarlo a cientos de empresas en forma de varillas que sí fueron a dar a casas y edificios de todo el país y que viajaron a Estados Unidos convertidos en muebles. Este incidente está considerado como el accidente radioactivo más grave del continente, hasta la fecha.

En 1990, los maestros y burócratas de Ciudad Valles estaban recibiendo sus casas y una de las primeras voluntades fue la de hacer que a los profesores se les congelara el cobro del abono de las casas que habían recibido y como hubo una negativa, convirtieron la petición en cuestión política y varios de ellos acusaron al Fovissste de haber usado parte de las varillas del accidente de Ciudad Juárez para hacer las casas en las que iban a vivir.

“Pero eso no es cierto”, afirmó el ingeniero civil Óscar Fernando Reyes Martínez, quien construyó ese fraccionamiento de 1988 a 1990. “De hecho vino específicamente hablando del Fovissste, el Departamento Atómico de la UNAM a revisar esa situación y no encontró nada, estamos hablando del ochenta y ocho, entonces, si eso hubiera sido cierto, hubieran ocurrido otras cosas adelante, cosa que no han ocurrido, aquí estamos”, mencionó.

 

 

Radioactividad ficticia contra paracaidistas

 

En Las Huasteca ocurrió otro miedo radioactivo utilitario. Un vecino de la última calle de este fraccionamiento relató que después de 1992, Serfin, el grupo bancario que les había vendido las viviendas en ese sector, después de estar pagando abonos por el monto de 40 mil pesos que tenía cada casa, les salió con que debían liquidar, pero cantidades más altas. El vecino que nos relata esto, pero que pide que no se le descubra en este medio, por ser funcionario estatal, comentó que cuando Serfín quiso cobrar hasta 120 mil extras por casa, muchos de sus vecinos se espantaron y se fueron durante mucho tiempo.

“Las casas se quedaron solas y entonces comenzaron a llegar otros que no eran los dueños a vivir en ellas. Cuando regresaron los verdaderos dueños, éstos inventaron que las casas estaban contaminadas de radiación, para que muchos se salieran y se salieron”.

Durante casi 30 años, ha pervivido la leyenda de que la radioactividad había llegado a las varillas de las casas de Lomas de Santiago y Las Huastecas, pero en realidad el problema se basaba en la falta invasión de predios y en el deseo de pagar abonos congelados al Fovissste.

 

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