Martes 30 de Abril de 2024

Bitácora

DESDE hace más de un mes, el que fungía como delegado de la zona VII, de la Fiscalía General del Estado (FGE), Antonio Rodríguez Rodríguez se fue a San Luis Potosí a concluir un trabajo como fiscal, precisamente, en el caso del “Cayeyo”, Eduardo Hernández Jannet, quien dio muerte hace dos años a Eugenio Castañón, […]

DESDE hace más de un mes, el que fungía como delegado de la zona VII, de la Fiscalía General del Estado (FGE), Antonio Rodríguez Rodríguez se fue a San Luis Potosí a concluir un trabajo como fiscal, precisamente, en el caso del “Cayeyo”, Eduardo Hernández Jannet, quien dio muerte hace dos años a Eugenio Castañón, quien, antes de morir era el novio de la hija del fiscal general, Federico Garza Herrera. El asunto es que se quedaron muchos pendientes en la zona VII, que no nada más cubre Valles, Tamuín, Ébano, San Vicente y Tanlajás y el que suplió a Antonio Rodríguez, el licenciado Francisco Montiel Villeda, no da ninguna noticia ni información, que porque nomás está cubriendo “unos días” a Rodríguez ¿y mientras?…

ASÍ está la cosa: suplencias, falta de acción por interinatos, dilación en las investigaciones, o sea que el Fiscal General, aquella vez, que presentó a los delegados de la oficina de procuración de justicia vino a cambiar oro por espejos, porque la procuración en la Huasteca es un espejismo, precisamente y se resuelve solamente lo que está señalado para resolverse, por órdenes ejecutivas, pero un pobre terrenal como el que esto escribe o un ciudadano de a pie puede esperar, sentado, a que se aplique la justicia…

ESO no es todo: resulta que un hombre en completo estado de ebriedad, anduvo exponiéndose bajo los crueles rayos del sol de ayer en el municipio de Tamuín y operó la consecuencia más grave de la deshidratación, que es el golpe de calor, determinando la muerte del hombre de edad madura. Cuando la autoridad ministerial dio cuenta de que había sido una razón natural la de la muerte, entonces se tuvo que echar mano del perito forense para que certificara oficialmente el hecho, pero, ah, sorpresa, resulta que los dos médicos forenses disponibles en Valles y la Huasteca norte están sindicalizados y pues los señorones descansan sábado y domingo, así que el muerto seguiría en la morgue de Valles, sin oportunidad a que su cuerpo recibiera las exequias de parte de sus familiares, si no se les hubiera ocurrido llevar el fiambre hasta Tamazunchale, a 100 kilómetros de Valles, para que le hicieran el trabajo de necropsia…

UN detallito más de los médicos forenses que son un ejemplo de la entrega y de la puesta de camiseta de un empleado de Gobierno es que además de que trabajan de lunes a viernes, como las estrellas de televisión que son, trabajan sus ocho horitas y se van corriendo al checador como un burócrata más que nada tiene que darle de extras al Gobierno ni a los contribuyentes que le pagan y además resultaron delicados de su sistema inmune, porque uno trabaja en la mañana y otro en la tarde y si se muere alguien, lo balean, lo ahorcan, lo atropellan o le cae un rayo del “Reino del Señor”, pues tendrá que esperar hasta la hora de entrada del forense al que le toque el turno matutino, entre moscas y descomposición. Qué lindo.

Notas Relacionadas