Miguel Barragán
TAMASOPO.- El jueves 7 de julio, Angélica Sánchez Reyes llegó a su rancho “El Coquito” el jueves, porque le avisaron sus trabajadores que Aarón Zúñiga Mendoza se había metido a su propiedad, destruyendo lienzos, mientras proclamaba que ese lugar era de él mostrando papeles con poderes legales sin relación con su rancho.
Angélica percibe que aparte del delito de despojo del que es víctima, hay un violencia de género, porque un grupo de hombres, incluyendo al abogado Víctor Ramírez de Santiago están aprovechándose de que su hermano, José Luis Sánchez Reyes ya no está para defender la tierra que les heredó su padre.
Así, sin más, Aarón Zúñiga le dijo a Angélica que se saliera de su propio rancho porque “no le pertenecía”. El hermano de Angélica murió en 2018 y, desde el 2019 Aarón había andado merodeando las 32 hectáreas que le tocan a ella de propiedad, de las 50 que heredó su padre a ella y a su hermano.
La afectada se fue de ese lugar, para agarrar señal en su celular y llegó a La Esperanza, desde donde habló a la Policía Municipal de Tamasopo, donde le dijeron que no había patrullas; luego marcó al 911 y no contestaron y por último, llamó a la Policía Ministerial (hoy de investigación), cuyos elementos quedaron de pasar poco después.
Acompañada de los ministeriales, arribó al lugar a donde le invadió Aarón y su hijo y pudo escuchar cómo la autoridad recomendaba al invasor que se saliera de ese lugar.
Aarón terció los dichos de los policías advirtiendo que esa tierra era de él y que estaba esperando “al mejor abogado de Valles”, Víctor Ramírez de Santiago (preso en el sexenio de Marcelo de los Santos por despojo) para que aclararan las cosas. Sin lograr nada, se fueron del lugar y ayer, Ángelica interpuso la denuncia CDI/FGE-IV-D03-01731-22 en la delegación de la Fiscalía General del Estado de Rioverde, de donde saldrán todas las pesquisas al respecto.
El rancho El Coquito consta de 32 hectáreas de ella y 18 que ahora están en poder de su cuñada, luego de la muerte de su hermano. Angélica Sánchez Reyes recibió en herencia de su padre esa propiedad en 1985.
Su rancho colinda al norte con la viuda de su hermano, al sur con el general Jorge García Peralta, al oriente con el camino vecinal que va al ejido La Esperanza y al occidente y sur, con La Ciénega, que es una reserva natural.
