Viernes 03 de Mayo de 2024

Bitácora

EL Ayuntamiento de Ciudad Valles no ha sostenido ningún acercamiento con la familia del taquero Juan José Saavedra Meléndez, alias “Nene” o “Cucho” y, todavía peor, no ha hecho que el director de la Policía Municipal, Héctor Mar del Ángel comparezca ante los familiares del occiso, que pidieron estar frente al comandante para recibir una […]

EL Ayuntamiento de Ciudad Valles no ha sostenido ningún acercamiento con la familia del taquero Juan José Saavedra Meléndez, alias “Nene” o “Cucho” y, todavía peor, no ha hecho que el director de la Policía Municipal, Héctor Mar del Ángel comparezca ante los familiares del occiso, que pidieron estar frente al comandante para recibir una explicación sobre las presuntas omisiones que se cometieron en la detención del hombre que solamente cometió el error de beber alcohol y que fue abandonado a su suerte en una celda.

EL asunto es que la familia está moviéndose legalmente con la Comisión Estatal de Atención a Víctimas del Delito (CEAV) y ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) para sustentar la negligencia que están señalando y que cometieron los elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal contra su pariente, al dejarlo solo, mientras se encontraba en estado inconveniente, por intoxicación de alcohol y después de que fue detenido por no hacer absolutamente nada, salvo caminar hacia su casa.

NI una llamada o mensaje de texto o WhatsApp han recibido de parte de la máxima autoridad los deudos de Saavedra Meléndez para conocer de primera mano tanto la versión de la familia como sus demandas y eso ya no sólo habla mal del jefe policiaco, acostumbrado a no dar la cara ni explicaciones, sino de toda la administración, que, indirectamente, fue responsable de la salud de Saavedra Melendez, mientras lo tuvo cautivo en su separo, dentro de las instalaciones de la Policía Municipal.

ESE tipo de insensibilidad, aunado a qué pusieron al delfín del alcalde (el director de DAPAS, Marco Antonio Guillén) a negociar con la familia, sin explicar el por qué de su encomienda, tiene crispada a la sociedad vallense, que no ha dejado pasar el tema y que exige justicia por el taquero, quien además de todo, tenía una discapacidad en su brazo derecho y que de cualquier forma fue tratado como un felón que hubiera cometido una falta o un delito.

 

A nadie le conviene una crispación social en estos tiempos políticos, así que debería haber atención a los deudos, para calmarlos de su indignación, dado que no se les ha resuelto nada, no obstante las evidentes cuestiones de abuso y de negligencia que se han dado a conocer.

Notas Relacionadas