Sábado 27 de Abril de 2024

Bitácora

EL racismo en Valles y la Huasteca es una moneda de cambio común y corriente, para desgracia de la sociedad en la que vivimos, aunque todo mundo lo niegue y ese racismo se da contra los originales de la tierra, los tének, de una manera sistemática, porque pareciera que la gente de esta parte de […]

EL racismo en Valles y la Huasteca es una moneda de cambio común y corriente, para desgracia de la sociedad en la que vivimos, aunque todo mundo lo niegue y ese racismo se da contra los originales de la tierra, los tének, de una manera sistemática, porque pareciera que la gente de esta parte de la Huasteca no ha salido del periodo de La Colonia (antes de la Independencia), cuando había castas que regían el tejido social y cuando incluso se obligaba a los indígenas a vestir de una manera específica para señalarlos y para que los señores blancos pudieran escoger a sus futuros esclavos…

AQUÍ en esta columna hemos hablado del término “cuitol”, que en tének quiere decir niño y que se usa de manera peyorativa para referirse a los indígenas, así como los blancos del sur de Estados Unidos de América le dicen “boy” (niño), a los negros, para bajarlos al nivel intelectual de un menor de edad y no respetarlos. Pues bien, la barrera entre el insulto verbal, que es lamentable y bochornoso, está trascendiendo a la agresión física o a la politiquería barata para socavar la vida de personas que intentan sobrevivir económicamente vendiendo sus productos de reventa o de sus parcelas, en el mercado…

EN el primero de los casos, se trata de un trabajador del Ayuntamiento que se la pasa amenazando a los indígenas (hombres y mujeres) con que los va a retirar del lugar que ocupan en la banqueta, ah, pero a los que sí les cobra el impuesto local de 12 pesos diarios (alguien en Comercio o en la Secretaría del Ayuntamiento tiene un negocio rentable), que es la venia para poder ofrecer sus artículos comestibles. El director de Comercio defendió al inspector y dijo que cualquier tének que quiera ir a denunciar que lo haga (no agregó que cuando se acercan a emitir su queja simplemente son ignorados)…

EL otro de los incidentes es el que supuestamente vivió una familia de téneks, compuesta por padre e hijo que venden verduras afuera de la plaza Tres Marías (nombre de la plaza por demás racista, porque se le dice “María”, como signo de uniformidad y carencia de individualidad a las mujeres tének) y que en el caso del hijo, fue agredido por el miembro de una familia de verduleros de ese mismo lugar y que son locatarios desde hace mucho tiempo. La agresión consistió en echar encima una camioneta de carga contra uno de los dos tének…

A ver, a ver, ¿por qué el inspector no maltrata a los mestizos o blancos que también andan de ambulantes? ¿por qué no maltrata a los de la CTM? Otra pregunta: ¿Si los vendedores de verdura de la calle fueran güeritos de ojos verdes o azules, alguien se atrevería a hostigarlos de una manera tan ominosa? Por supuesto que no…

HAY una tradición mala entre los huastecos que creen que los tének o los náhuatl del sur de la Huasteca sufren de la ignorancia en el conocimiento de sus derechos, pero no, afortunadamente se están defendiendo, porque aunque algunos segregacionistas no lo quieran, este mundo ya cambió.

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