Viernes 03 de Mayo de 2024

Bitácora

EL PRI tiene a su secretario general, Matilde Hernández Méndez, condenado por despojo y con la posibilidad de que vaya a la cárcel por dos años, ya que el despojo que perpetró en el ejido Plan de Ayala, en 2003, no lo puede reivindicar, salvo que él mismo expulse a la gente que metió ilegalmente […]

EL PRI tiene a su secretario general, Matilde Hernández Méndez, condenado por despojo y con la posibilidad de que vaya a la cárcel por dos años, ya que el despojo que perpetró en el ejido Plan de Ayala, en 2003, no lo puede reivindicar, salvo que él mismo expulse a la gente que metió ilegalmente a los terrenos, con la anuencia de Juan José Ortiz Azuara, entonces alcalde de Valles. La presidenta del partido, Herminia Reséndiz Alvarado está metida en su casa, atendiendo a su esposo, quien está delicado de salud, así que el PRI se encuentra desatendido…

EL PAN entró a una vorágine de alevosos en la que tuvo que escoger el “menos peor” de entre dos personas que han dejado mucho qué desear: el primero de ellos, Luis Ángel Contreras Malibrán, quien perdió la elección para presidente del partido en Valles, experimentando la venganza de un panismo que él mismo traicionó en 2012, cuando salvó el empleo en la DAPAS, cuando dio una lista de panistas que trabajaban con Juan José Ortiz y que éste expulsó de Presidencia sin contemplaciones. El otro panista es un priista de corazón, con mamá y tías priistas y con una renuncia al partido firmada y nunca enviada al PAN estatal, porque Paco Gómez, entonces presidente del partido en Valles, hace un año, traspapeló el documento…

DEL PRD ya no se puede hablar, porque el partido falleció antes de que lo hiciera nacionalmente cuando los pocos perredistas que existían se convirtieron al morenismo de AMLO y los que quedaban se hicieron del Partido Verde siguiendo a su líder moral (que no tiene nada de moral), Ricardo Gallardo y a su familia que insiste en meterse a la gubernatura por donde se pueda…

ESTA crisis de partidos políticos da muestra de una cosa: que los ciudadanos han olvidado ya el color partidista y que ahora se estarán fijando en personas, en empresarios, en abogados, en gente dedicada a otras actividades y que de repente se dan cuenta de que pueden acceder al poder, con todos los beneficios económicos y políticos que eso implica…

A muchos les da gusto que los partidos desaparezcan y se debiliten al grado del paroxismo mortal, pero el hecho de que las instituciones políticas se debiliten, aunque sean éstas corruptas, elimina la idea de una democracia interna o de un orden plural dentro de la actividad del poder, y abre paso a los jefes, a los líderes y a los hombres y mujeres de pensamiento unívoco que no permiten que haya más idea que la propia y que acceden al poder mediante todo tipo de infamias y de aplastamientos, porque ha surgido la aterradora realidad del caudillismo posmoderno…

ES verdad que los partidos cansaron a la gente, pero los jefes máximos como López Obrador, que se siente intocable porque el “pueblo bueno” lo puso legítimamente en donde está es el primer paso al caudillo y a esa sombra del cacique o jefe irrefutable que laceró la vida de México antes, durante y después de la Revolución Mexicana y que instauró intolerancia y terror contra los que pensaran diferente a él.

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