EL presidente Andrés Manuel López Obrador parece que no deja de estar en campaña, porque su nivel de aceptación, por encima del 75 por ciento, de acuerdo con consultorías, así se lo permite, pero que siga de campaña, no quiere decir que esté bien que lo siga haciendo, pues de qué se trata o qué…
SIGUE hablando con ese tono agudo de voz, que grita, no habla, que enciende a los presentes con arengas sobre las tierras ricas y el pueblo pobre y, lo peor de todo: sigue prometiendo las “perlas de la Virgen” a diestra y siniestra, hablando solamente sobre los programas sociales, los apoyos de gobierno, las subvenciones que quizá suenen muy atractivas, como la de cinco mil pesos mensuales para jornaleros que recibirán ese dinero como un pago, mes a mes, durante el sexenio y no de manera eventual, pero, ¿todo eso cuánto le costará al erario? Más bien, ¿qué ramos de la inversión de Gobierno se descubrirán para cubrir esos costos? Sólo él lo sabe…
LO que parece preocupante es el tono de la voz, porque no ha dejado la campaña eterna que ha hecho desde hace 15 años, sino que más bien refuerza la demagogia con cariñitos para los asistentes, con frases hechas como “amor con amor se paga”, refiriéndose a las muestras de cariño que le prodigaron durante su camino a Aquismón, a donde solamente acudió a anunciar la apertura de una de sus Universidades de Gobierno Federal que, promete él, impedirán que haya jóvenes sin oportunidad de estudiar…
PERO hay algo de Trump y de Bush en los dichos sobre las becas de “Jóvenes Construyendo el Futuro”, que son los apoyos de Gobierno de 3 mil 600 pesos mensuales durante un año para jóvenes que no estudian ni trabajan, porque de acuerdo con el presidente López Obrador, de no tener estas ayudas, entonces, irremediablemente e inexorablemente, los jóvenes son enganchados por el crimen, en un macabro juego de que, “si no es Chana, es Juana”, o sea, que sin su ayuda, sin su magnánimo proceder, entonces el tesoro de la juventud se perdería en la criminalidad, discurso maniqueo que dice: o lo ayudo o, ay qué miedo, se vuelve malo, cosa que deja mucho qué desear en discursiva, ya que no precisamente el muchacho que no trabaja está pensando en volverse delincuente o, si es así, que ofrezca cifras…
LO interesante para la Huasteca fue que prometió 40 mil empleos en la región de Veracruz, Hidalgo y San Luis Potosí, a través de otro programa llamado “Sembrando vida”, que es otra subvención que trata de sembrar 1 millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en todo el país y 100 mil hectáreas solamente en las tres Huastecas y, para que los pequeños propietarios paguen a jornaleros y a sus hijos en las labranzas del campo, entonces establecería el sueldo de 5 mil pesos mensuales por jornal y así evitar la migración al país del norte…
AHÍ estaba de nuevo, el presidente coloquial que habla rápido y fuerte frente a los ciudadanos en los actos públicos y que no concuerda con el AMLO de las conferencias mañaneras que responde arrastrando palabras a reporteros que le cuestionan lo que a los ciudadanos les promete…
ES el presidente que sigue en campaña, que seguirá en campaña, que se compromete ruidosamente, pero sin decir cuánto nos costará ni para cuándo se cumplirá lo que dice. Es el presidente al que se le ocurre una idea proselitista y la suelta, recibiendo vítores a cambio, pero no se ha encontrado todavía al presidente que planee, haga estrategias y que explique cómo le va a hacer para derramar toda esa miel que sale de su interminable discurso político.
