Jueves 02 de Mayo de 2024

Después del zapatismo, el MHD

En tiempos en los que se acusa al EZLN de ser una creación del salinato, por criticar a AMLO, hay que recordar un supuesto en la Huasteca

Miguel Barragán

[Huasteca Hoy]

Apenas tenían unas horas invadiendo ranchos de particulares, cercanos al ejido La Marina, cuando el gobernador del Estado, Horacio Sánchez Unzueta arribó al lugar como heraldo de la justicia, trepado en un helicóptero que tumbó sombreros y tejabanes mal clavados. Los invasores eran Saíd López de Olmos y el naciente Movimiento Huasteco Democrático (MHD), que después se volvería un dolor de cabeza para decenas de propietarios de ranchos que amanecían salpicados de paracaidistas, armados de machetes, proclamando una propiedad dónde trabajar la tierra al más puro estilo de la ideología zapatista.

UN ANTECEDENTE

En 1995, el presidente de la República era Ernesto Zedillo Ponce de León y tenía un año que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) le había declarado la guerra al Gobierno de México, todavía encabezado en 1994 por Carlos Salinas de Gortari. Era el año en el que muchos vallenses presenciaron una escena que ha sido inolvidable para muchos y el despertar ineludible a la suspicacia para todos. Un líder de nombre bíblico y de apellidos compuestos, barbón y vehemente, había formado una agrupación con eufónicas siglas y de buenas a primeras se había plantado a exigir tierras para los pobres y para los campesinos que sufrían de invisibilidad ante un Gobierno indiferente y corrupto.

EN LA HUASTECA

Parecía el brote ineludible de la justicia social. Oh, sí, el que pensara lo contrario era un cínico o un cómplice del poder corrupto del PRI, todavía inexpugnable en esos tiempos. Además, apenas había pasado un año del nacimiento de un hito de la historia moderna de México: el subcomandante Marcos y la guerrilla chiapaneca que buscaba apropiarse de los derechos humanos y sociales de indígenas que habían sobrevivido a la ignominia de la historia en el sur del país.

La cobertura de medios fue pronta, insoslayable. Los horarios de salida a comer se modificaron en las redacciones y los reporteros se fueron a montar guardia a esa manifestación hecha en La Marina, al sur de la cabecera municipal, sobre la carretera México-Laredo, donde cientos de personas ceñudas reclamaban la tierra que se les había escamoteado por décadas y que era la parcela deseada con la que sobrevivirían del hambre y de la pobreza.

EL CABILDEO Y LOS INCRÉDULOS

De acuerdo con Leticia Nieto Velázquez, quien reporteaba para el diario El Mañana, en ese tiempo, esa fue la primera incursión del MHD en la escena pública y el antecedente de muchas ocupaciones de predios que terminaban en negociación forzada. La periodista recuerda que el gobernador, yerno del mítico Doctor Salvador Nava, -adalid democrático de San Luis Potosí-, arribó a La Marina en una nave aérea, para arreglar directamente un asunto que, por lo regular suele encargarse al Subsecretario General de Gobierno, al Secretario de Gobernación, pero que no atiende en primera instancia el mandatario de la entidad.

Con su gesto adusto, el gobernador habló con Saíd López de Olmos, cerca de un árbol solitario ubicado en el predio que colmaban los del MHD. La reunión fue presenciada por ciudadanos vallenses que acudieron al lugar impulsados por la curiosidad de que se diera la posibilidad de que Valles también se convirtiera en un San Cristóbal de las Casas.

Todos vieron que esa conversación no parecía ser una negociación ríspida entre el representante del Gobierno y un insurrecto, de un sublevado del sistema. Parecía más la plática de complicidades de dos personas que algo se traen, como muchos describieron el encuentro. De hecho, esta suspicacia nunca dejó de fustigar la conciencia de los huastecos y, en una nota de Carlos Camacho, corresponsal de la Jornada San Luis, del miércoles 29 de agosto de 2001, intitulada “Abandonan campesinos 10 ranchos que habían tomado” y que se refería a campesinos del MHD, el reportero escribió que el entonces secretario general de Gobierno del mandatario Fernando Silva Nieto, Jorge Daniel Hernández hablaba de unos desalojos pacíficos de varios predios repartidos en la zona huasteca y uno de los párrafos dice así: “En conferencia de prensa, Hernández rechazó que el ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta, promoviera a través del Movimiento Huasteco Democrático (MHD) la invasión de ranchos”, que es la contestación a la pregunta de los reporteros sobre esa suposición que habían nacido seis años antes, cuando se hablaba no sólo de que Sánchez Unzueta presionaba a sus adversarios políticos con poder económico, mandándoles invadir sus propiedades productivas a través del MHD, que para el 2001 seguía siendo una organización fuerte y con presencia mediática.

EPÍLOGO

Estas suposiciones ocurrían en Valles, en 1995, un año después del movimiento zapatista del sureste, que ahora está siendo acusado por simpatizantes del régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador de estar coludido con el priismo, luego de que el subcomandante Marcos (hoy Galeano), criticara con dureza al actual mandatario, por la obra del tren maya que afectará a cientos de miles de personas y a la ecología de una de las zonas más exuberantes del país.

El historiador zacatecano, Marco Antonio Flores Zavala, especialista en redes de poder y masonería en el Siglo XIX, en México mencionó que “el sistema político (cultura, instituciones, actores, prácticas, ideas) genera todo, incluso la violencia y las contra élites”, haciendo referencia al movimiento zapatismo y al salinato de enero de 1994.

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