Miguel Barragán
[Huasteca Hoy]
Los cazadores furtivos siguen matando jaguares y ocelotes, así como otros felinos en peligro de extinción, porque la Profepa tiene sólo dos inspectores para 20 municipios, desde hace más de 18 años, se quejó la activista por la vida silvestre y empresaria, Ena Buenfil Zamudio.
La activista de protección a las especies locales y empresaria que ha resguardado a felinos en un área, bajo los lineamientos legales correspondientes, dijo que, sólo para dar un ejemplo, el velador del área de estudio de la reserva de la Biosfera de Tanchipa sigue viendo lámparas en las faldas de la sierra, que no son otra cosa, sino cazadores que andan en búsqueda de animales a los que cazan por el simple ánimo de poseer el trofeo de haber matado a un “tigre”, como se le llama al jaguar, el felino más grande de América y que está en la Huasteca potosina.
Pero también, hace muy poco, a un conocido suyo le ofrecieron una piel de ocelote, que es otra prueba de que se sigue matando a estos animales, primordiales para el equilibrio ecológico.
Comentó que en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) tiene sólo a dos inspectores para un área geográfica con una enorme diversidad y que así han permanecido por años, por eso exige al gobierno que envíe más inspectores para poder hacer un mejor trabajo de protección hacia especies que están en un estatus casi de extinción y siguen siendo depredados por el hombre.
