Miguel Barragán
[Huasteca Hoy]
Los indígenas y los discapacitados suelen ser el discurso de muchos políticos y de muchos funcionarios de primer nivel, pero en la práctica, son dos sectores olvidados de la sociedad vallense y de la Huasteca.
Los indígenas suelen tener un problema crónico de falta de agua, a pesar de que se les han instalado dos sistemas de agua entubada en poco más de tres décadas: primero el sistema Tanchachín que data de 1993, que es cuando era alcalde de Valles, Eligio Quintanilla González, pero Santana Márquez Escobar, activista social de San Antonio Huichimal, comentó que el agua salía solamente un día y dejaba de salir durante el resto del mes.
Eso no fue lo peor, sino que el sistema Tének fue construido por Socorro Herrera Orta durante el trienio de 2009 a 2012 era el que vendría a solucionar la problemática de la falta de líquido, pero no fue así, desde hace nueve años, el agua la tienen durante una semana y las siguientes tres tienen que acarrearla.
Aparte, la DAPAS rural, que es una figura pública que no tiene justificación legal, de acuerdo con la Auditoría Superior del Estado, nunca ha emitido un comunicado que explique cuál es la razón por la que no se les envía el agua regularmente, solamente falla el servicio y así se queda todo, como dijo Santana Márquez.
Discapacitados, sin trabajo
La Supervisión de Educación Especial de Valles y de Tamasopo dio a conocer que de los 160 discapacitados a los que se les atiende en el Centros de Atención Múltiple o USAER solamente 10 están haciendo el nivel bachillerato y menos del cinco por ciento se encuentra estudiando una carrera.
De hecho, en el récord de la Supervisión se tiene datado que solamente algunos invidentes han sido los que han estudiado derecho y nada más.
En la Supervisión se tiene el dato de que aunque hay algunas empresas que dan empleo a discapacitados, éstas todavía son una minoría comparadas con la oferta laboral qué hay en Valles.
Suele haber discursos a favor de estos dos sectores de la sociedad en los mítines de candidatos, pero la realidad es otra.
