(Agencias)
A las mamás les gustaría tener a sus hijos bajo sus alas, siempre seguros y protegidos.
Los pequeños necesitan y deben volar, deben conquistar la libertad para que aprendan poco a poco a tener responsabilidades y compromisos en sus vidas.
Existen muchas oportunidades y ocasiones en las que podemos fomentar la autonomía de los niños, y a la vez contemplar todo aquello que ellos van aprendiendo a hacer por sí mismos.
Protección
Protegerlos en exceso, solo les abrigará de conocer al sentido del peligro, del riesgo, y de equivocarse. Un niño puede ser autónomo, pero no independiente.
Podrá sentirse capaz de hacer las cosas, pero siempre en la compañía de sus padres.
Una persona solo será independiente cuando sea adulta, es decir, cuando no necesite de la asesoría de un adulto porque tiene la madurez suficiente para tomar decisiones.
De este modo, aunque enseñes a au hijo a ser autónomo, no te olvides que él siempre necesitará de tu asistencia, de consejo y de tu aprobación.
Aprendizaje
El aprendizaje debe empezar desde la temprana edad.
Los padres deben animar a sus hijos, reforzando algunas de las habilidades que ellos creen que sus pequeños son capaces de realizarlas.
Los niños pueden empezar a ser autónomos con algunos pequeños y cotidianos hábitos que sus padres pongan en práctica:
Recogiendo sus juguetes y guardando sus ropas.
Quitando y abrochando los zapatos. Utilizando el baño y duchándose solos.
Comiendo solos, es decir, con sus propias manos.
Realizando actividades solos: jugar, saltar, correr, saltar, bajando de un tobogán, etc.
Colaborando con las tareas del hogar: Poner y quitar la mesa, regar las plantas, cuidar de una mascota.
Resolviendo algunas dificultades: Deberes, obstáculos, etc.
Beneficios
La autonomía genera muchos beneficios a los niños.
Les hace más seguros de sí mismos, se vuelven más sociable, más responsables; aprenden a cumplir órdenes sencillas y a ser más cautelosos con el manejo del dinero, etc.
