Sábado 27 de Abril de 2024

Graciela, dejó todo para buscar a su hija

(EFE) Ciudad de México.- Ya han pasado cinco años desde que Graciela Pérez Rodríguez perdió el rastro de su hija de 13 años y cuatro familiares más en Tamaulipas, una de las zonas más conflictivas de México, y el dolor sigue siendo el mismo, pero la lucha es más intensa y la esperanza también. El […]

(EFE)

Ciudad de México.- Ya han pasado cinco años desde que Graciela Pérez Rodríguez perdió el rastro de su hija de 13 años y cuatro familiares más en Tamaulipas, una de las zonas más conflictivas de México, y el dolor sigue siendo el mismo, pero la lucha es más intensa y la esperanza también.

El 14 de agosto de 2012 su hija Milynali Piña Pérez, su hermano Ignacio y tres de sus sobrinos desaparecieron entre los límites de Tamaulipas y San Luis Potosí cuando regresaban de un viaje a Estados Unidos.

Al advertir la “indiferencia” de las autoridades frente a su caso, esta maestra de inglés dejó las aulas y arrancó su propia búsqueda, se convirtió en una experta del expediente de sus familiares y fundó su propia organización porque “si no eres parte de un grupo no te atienden”, cuenta en una entrevista con Efe.

Además, hizo cursos en el extranjero en ciencia forense al detectar que el ADN podía llevarle a la identificación de los restos hallados en las fosas clandestinas que ha descubierto en estos años. “La búsqueda en campo es lo principal”, sostiene.

“Llevo arriba de 48 hallazgos de sitios con fosas clandestinas en el sur de Tamaulipas”, apunta Graciela, quien comenta que hace poco más de un mes encontró en un mismo sitio más de 16 puntos con cientos de fragmentos de restos óseos humanos y el Ministerio Público dio fe de ello.

“Nadie quiere hacer” este trabajo, señala, pero asegura que no era una opción “quedarse sentada esperando a un Gobierno que no tiene la menor intención de buscar a desaparecidos”.

Pérez es miembro fundador del proyecto Ciencia Forense Ciudadana, creado en 2015 y dirigido por familiares de desaparecidos, que elabora un registro ciudadano de las víctimas y un banco con muestras biológicas de las familias para ayudar en la identificación genética.

Esta larga y dura batalla que emprendió hace cinco años le valió el premio Tulipán que el Gobierno de Holanda entrega todos los años para reconocer a una persona o asociación que promueve los derechos humanos a través de un proyecto innovador.

Sobre el galardón, que recibirá el próximo viernes en una ceremonia en La Haya, confiesa que le tomó por sorpresa y le genera “sentimientos encontrados”.

“Me dolió mucho porque no deberían ocurrir” las desapariciones, sin embargo, por otro lado, contribuye a dar visibilidad a esta lucha.

Porque “no solo soy yo, somos miles” las familias “rotas”, buscando a desaparecidos “ante tanta omisión” de las autoridades, remarca Pérez, quien recuerda que tras el caso de los estudiantes de Ayotzinapa, que generó una conmoción dentro y fuera del país, “fue frustrante porque solo se veían 43”.

Quizás “yo podría hablar de mis cinco” desaparecidos, pero hay familias que desde mucho tiempo atrás están buscando a sus seres heridos. De acuerdo con cifras oficiales, actualmente hay 33.482 personas en México cuyo paradero es desconocido.