Lunes 06 de Mayo de 2024

Seis ciclones han inundado Ciudad Valles

Miguel Barragán [Huasteca Hoy] Varios han sido los ciclones que han dejado a Ciudad Valles bajo las aguas, desde los años treinta hasta nuestros días, de acuerdo con la relatoría de la Cronista de la Ciudad, Belén Altamirano Izaguirre. El río Valles es fuente de vida y de bienestar, porque es el cuerpo de agua […]

Miguel Barragán

[Huasteca Hoy]

Varios han sido los ciclones que han dejado a Ciudad Valles bajo las aguas, desde los años treinta hasta nuestros días, de acuerdo con la relatoría de la Cronista de la Ciudad, Belén Altamirano Izaguirre.

El río Valles es fuente de vida y de bienestar, porque es el cuerpo de agua que hace que todos los vallenses presuman incluso de no tener un tinaco en el cual acumular el recurso, dado que cada día se le extraen alrededor de 30 millones de litros de agua para consumo de 170 mil personas. Pero, cuando vienen los huracanes, el río es un “pequeño monstruo” que se lleva todo y que destruye lo que se encuentra a su paso, cosa que afortunadamente no ha pasado con Franklin, el huracán que se convirtió en depresión tropical ayer en la mañana.

La cronista vallense hace memoria y piensa en 1933, cuando Ciudad Valles apenas salía de su condición de pueblito polvoso y que fue sorprendido por un huracán que se tornó en tromba y que además de dejar daños por miles de pesos, provocó que las aguas del río Valles treparan el acantilado oriente y mandara oleajes incluso hasta la Alcaldía, precisamente donde se encuentra ahora, en Juárez y Morelos.

En 1937 se repitió la historia, con menos daños que cuatro años antes, pero con una corriente que subió por encima de lo que hoy es la avenida Pedro Antonio Santos.

En 1955 la cosa se puso buena, porque casi todos los mexicanos tienen memorias sobre los estragos de Hilda. “Fue la más grande de las tormentas, era un ciclón y otras dos tormentas. Era sólo lluvia, pero inundó todo. El agua llegó hasta la gasolinera Oliva (frente a la Alameda actual)”. Los estragos dejados por el aluvión todavía son recordados por ancianos que de jóvenes vieron cómo el río Valles se llevó casas enteras, caballos, vacas, árboles y gente.

El 12 de julio de 1977, hubo otra inundación que casi tapa la calle Pedro Antonio Santos y dejó muchos estragos.

En 1994, el huracán Gert hizo que las corrientes de los ríos dañaran de manera permanente varios municipios de la Huasteca, incluyendo a Tamuín. Fueron días de lluvia sin cesar que estuvieron acompañados por dramas familiares que perdían todo.

En 2008, tres días de lluvia fue lo que heredó el ciclón Arthur a la Huasteca, haciendo que hubiera miles y miles de damnificados y decenas de millones de pesos en pérdidas, porque los anegamientos tardaron meses en secarse en las praderas de Tamuín. De hecho, se decía que había caído en un día, lo que suele caer de milímetros en cuatro años.

En 2011 Beatriz volvió a causar estragos en todos los municipios huastecos, aunque con menos actividad destructiva que su antecesor de 2008.

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