Lunes 29 de Abril de 2024

Dieta mediterránea

Previene el cáncer, aumenta la longevidad y capacidad intelectual.

Agencias

Aunque el abanico de variedad de dietas alimenticias es muy amplio, los expertos tienen sus favoritas, siendo una de ellas la mediterránea, por su gran cantidad de nutrientes y múltiples beneficios en la salud.

Varios estudios de Harvard, apuntan a que una dieta saludable contribuye a aumentar la longevidad y la capacidad intelectual.

Una alimentación saludable está asociada con telómeros

más largos.

Sin embargo, la asociación más firme fue observada en las mujeres que seguían una dieta mediterránea.

Telómeros

Los telómeros son como un tapón al extremo de cada cromosoma que actúa como protector del ADN.

Con el tiempo, los telómeros van perdiendo longitud, se van acortando, lo que coincide con el envejecimiento y posterior muerte celular.

Gracias a ellos, los cromosomas no se adhieren entre sí, algo que, al parecer, tiene una gran relevancia en la vida celular.

Por otra parte, estos contribuyen al emparejamiento de los cromosomas homólogos en ciertas fases de la división celular, de tal forma que son esenciales para prevenir el cáncer y el envejecimiento.

Estándar

En conclusión a los estudios de Harvard, la dieta mediterránea es el estándar de oro de la salud cuando se trata de envejecimiento, salud del corazón, longevidad y control de peso, entre otros.

Intelecto

Además, han demostrado incluso que aquellos que practican esta dieta poseen mayor capacidad intelectual a medida que envejecen.

La razón, parece encontrarse en los minerales, vitaminas y otros nutrientes de esta dieta, de carácter antioxidante, rica en vitamina D y Omega 3.

Asimismo, las verduras, aceite de oliva y pescado son tres grandes ingredientes considerados positivos en la alimentación, sin olvidarnos de la fruta.

Hidratos de carbono

La dieta mediterránea posee, entre sus aportes diarios, una gran cantidad de frutas y verduras, cuyo principal macronutriente son los hidratos de carbono, de los que se alimenta nuestro cerebro.

Grasas

Si a este dato añadimos que la principal fuente de grasa es el aceite de oliva, rico en grasas buenas, podemos concluir que el porcentaje de grasas malas es menor y con ello la concentración de adipocitos,

células grasas.

Impulso nerviosos

Esto hace que el impulso nervioso llegue con mayor velocidad.

El impulso nervioso transmite la información y en un cuerpo con menos grasas, esa información se transmite más deprisa.

Por ello, con la dieta mediterránea se piensa más rápido.

El Omega 3, además del potasio, el zinc, el selenio y el magnesio, presente en pescado blanco y azul, que se encuentran en esta dieta, contribuyen de igual forma al desarrollo intelectual.

Energía

¿Por qué es tan especial esta dieta?

Cada población tiene unas necesidades de aporte de energía por sus condiciones climáticas, consumo de energía diaria y sus posibilidades de acceso a la comida.

Calidad de vida

En este punto merece la pena hacernos conscientes de que el incremento en la esperanza de vida, hace a los miembros de cada población sensibles a los problemas derivados de sus dietas.

Dietas muy ricas en grasas o alcohol en países donde hace mucho frío, provocan problemas cardiovasculares y disminuyen la longevidad.

Por consiguiente, dadas sus condiciones innatas, la dieta mediterránea permite una mejor calidad de vida.

Nutrientes

En realidad, no se trata de que exista una dieta mejor que otra, sino del equilibrio en los distintos tipos de nutrientes y de que esa alimentación forme parte de una vida saludable.

Elementos

Esto significa que, además, existen otros elementos muy importantes en la contribución a la longevidad: El buen descanso, control del estrés, no tomar alcohol, hacer ejercicio, etc.

Personalizada

Aún con todo, los expertos coinciden en que la mejor dieta debe siempre ser personalizada, no solo en calidad, sino también en cantidad.

Cada persona tiene una información genética, un grado de actividad física, un entorno y una personalidad totalmente diferentes.

La dieta ideal debería adaptarse plenamente a todas las circunstancias del individuo.

Equilibrio

Equilibrada, rica en frutas y verduras, carbohidratos, grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, la proteína de pescado y pollo, quesos saludables como feta y vino tinto como buen antioxidante

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