LO que no pueden hacer lo infames cuando tienen oportunidad de servir, lo hacen ciudadanos comunes y corrientes, a través de una gestión común y corriente que es aliento de vida para muchos enfermos de escasos recursos que se atienden en el Hospital General…
CUANDO Felipe Calderón Hinojosa creó el Seguro Popular, que era una idea maravillosa sin sustento alguno, la idea que le vendió a la gente y que fue otra más de sus mentiras, fue que todos los ciudadanos tendrían seguro de cobertura universal, aunque a pocos meses de que comenzó el Seguro Popular muchos se dieron cuenta de que ni era “seguro” ni era “popular”…
Y es que, en un principio, parecía que sí alcanzarían a cubrirse las necesidades de todos aquellos que no contaban con la seguridad social del IMSS o del ISSSTE, pero pronto se descubrió que lo que se hizo solamente fue poner en papel y darle nota a los medios de comunicación de que en realidad se estaba dando el beneficio del seguro a todos y en realidad lo que se hizo fue incrementar el trabajo a los médicos y enfermeras de los centros de las Secretarías de Salud en todo el país…
PARA paliar esta falla del sistema calderoniano, que para lo único que fue bueno fue para desatar el infierno y las desapariciones en este país, en el Hospital General de Valles, donde se atienden hasta 130 urgencias diarias y hay miles de personas que buscan sus servicios desde estados como Hidalgo o Veracruz, hay unos ángeles llamadas gestoras de calidad que se encargan de recabar casos en los que un paciente de escasos recursos tiene que hacerse estudios caros o tiene que comprar medicinas costosas, para hacerles el paro y gestionar con los alcaldes de los municipios de dónde proviene el enfermo, para que el erario pague por ese gasto…
ESTE trabajo es remunerado de parte de las presidencias y es verdaderamente un esfuerzo encomiable que se debe reconocer, sea de quien haya sido la idea, porque el 70 por ciento de los que buscan atención en el Hospital General de Valles son personas de escasos recursos o de nulos recursos. Gente que incluso es ingresada y que es abandonada a los pocos días por sus familiares que ya no pueden continuar a las afueras del nosocomio, esperando, sin comer, sin esperanza de ayudar en algo…
EN una Huasteca potosina donde enfermarse es casi como ser devorado por leones, dado que caer en una dolencia es casi como declararse incompetente para salvarse, es tristísimo que se llegue al extremo de abandonar a quienes son internados en el nosocomio. Parece un acto de extrema crueldad, pero también podría ser el acto desesperado de una persona que ya no sabe qué hacer con su pobreza, como para todavía hacerse cargo de un enfermo…
EN esta realidad de Valles y la Huasteca, es una condición de lujo poder conseguir los medicamentos que recetan los médicos que atienden a los que tienen Seguro Popular, por eso, la labor de las gestoras será reconocido siempre y estará cobijado por el agradecimiento de miles que quizá pudieron curarse por la gestión de una de esas mujeres que hace de su poder de negociación, un arma para combatir la necesidad de otros…
CUANDO se piensa en los grandes esfuerzos de otros por aliviar el dolor de los menos favorecidos, la conmoción llega hasta el punto de las lágrimas, porque a pesar de todo el maremágnum de maldad que hay en el mundo, todavía quedan cosas puras, que vale la pena reconocer…
