Sábado 27 de Abril de 2024

Bitácora

Dos casos diferentes pero reveladores volvieron a recordarnos que en el Ayuntamiento no han hecho absolutamente nada para evitar que los camiones de gran tamaño sigan circulando por las avenidas atestadas de carros. El primero de ellos fue un tráiler cargado de madera que se quedó sin frenos mientras bajaba por la carretera Valles-Mante y […]

Dos casos diferentes pero reveladores volvieron a recordarnos que en el Ayuntamiento no han hecho absolutamente nada para evitar que los camiones de gran tamaño sigan circulando por las avenidas atestadas de carros.

El primero de ellos fue un tráiler cargado de madera que se quedó sin frenos mientras bajaba por la carretera Valles-Mante y chocó a varios carros que esperaban a que su semáforo se pusiera en verde y esa carambola dejó tres personas lesionadas y cuantiosos daños en los carros involucrados, que, para este caso, son camionetas.

De nueva cuenta, así como el tráiler que mató a una señora que iba por copias, hace una década, así como el que aplastó a la familia en diciembre pasado, así también este armatoste le fue a pegar al trasero de varias camionetas y por poco se registra una tragedia igualita que las anteriores.

La explicación que dan los choferes de camiones es que a diez kilómetros del puente negro, por la carretera al Mante, comienza un declive larguísimo hacia Valles, que hace que los camioneros quemen las balatas de tanto frenar y frenar durante el trayecto, ya que los carros que manejan cargan miles de kilogramos que hacen que frenar con motor se vuelva complicado. Cuando llegan a la zona urbana, los traileros, muchas veces sin saberlo, ya no traen frenos.

Después de la tragedia del 21 de diciembre, el alcalde Adrián Esper, los cañeros de Valles y gente de Tránsito municipal quedaron muy formales de raspar y acondicionar un camino, ubicado a nueve kilómetros de la salida al Mante, para que de esa rúa, los camiones se puedan conectar hasta la carretera al Ingenio, pero no se ha movido un dedo al respecto, más bien se la han pasado terqueando con que se tiene que hacer el estacionamiento del Ingenio, porque los camiones cañeros estorban, mientras que la experiencia apunta a que lo verdaderamente urgente está en la entrada al Mante.

No se reguló el tráfico de parte de Tránsito, no se bloqueó la entrada a estos camiones, no se exigió que estuvieran las máquinas en óptimas condiciones. Bueno, nada, pues. El tema no fue prioridad, a pesar de las tres muertes, frente a Valles Alto.

En la espantosa y sinuosa carretera al Naranjo, que debería ser cerrada para un solo sentido por su estrechez, un camión de doble remolque con melaza se quedó varado, sin potencia en la máquina, luego de humedecer sus llantas en la cascada de la hidroeléctrica y bloqueando el camino durante horas, mientras se hacía la maniobra para quitar los remolques de melaza.

Esto es lo de menos, pero en esta carretera transitan muchas personas que viven en El Naranjo y muchos turistas que quieren llegar a los parajes de esa municipalidad y los camiones siguen transitando ese camino que tiene un voladero por un lado y camiones con doble remolque por otro, invadiendo carril. No ha pasado una tragedia mayúscula en ese lugar, quizá, como dicen las viejitas, porque Dios es grande y no por otra cosa.

Notas Relacionadas