Habría que hacerle la pregunta al gober y al Congreso del Estado por las obras que se quedaron inconclusas en Valles y en la Huasteca y por qué no se está cuestionando a los que dejaron el desgarriate. Es verdad que los actuales alcaldes deberían de ponerse a chambear haciendo uso de la imaginación y de la gestoría, en lugar de andarse quejando, pero si las obras iniciadas en anteriores administraciones o que se quedaron pendientes no se terminaron y tampoco está el dinero que se había destinado para ello, ¿por qué no se les cuestiona?
Está el caso de Juan José Ortiz y de Jorge Terán Juárez, el primero que supuestamente no dejó 28 millones de pesos para una treintena de obras, y el segundo que dijo que no pudo encontrar ese recurso y se la pasó quejándose de que las obras se quedarían así porque no podía invertir en algo que presumiblemente ya se había hecho. El problema se heredó y ahora, el alcalde Esper Cárdenas, enfrenta un asunto que debió haberse resuelto hace años, sólo que lo está enfrentando sin elementos para poder resolver la situación.
Podría comenzarse por preguntar al gobernador cómo es que tiene a un funcionario que tiene pendientes 28 millones de pesos y además ya se está candidateando o por qué no se hacen cuestionamientos sobre el tema a personas que se dedican a la función pública. Ni hablar.
Hablando precisamente de eso, el exalcalde de Valles, Juan José Ortiz recibió la bendición del presidente del PRI, Elías Pesina y de un grupo de notables del tricolor para empezar a trabajar durante los dos años que le quedan a la precampaña, en su proyecto para volver a ser Alcalde de la ciudad más importante de la Huasteca, donde ya dirigió los destinos de 2001 a 2003 y de 2012 a 2015.
Podrán decir lo que quieran del “nuevo PRI”, pero de nuevo tiene lo que de nueva tiene la decencia de Romero Deschamps.
Es inédito lo que está sucediendo con el Gobierno Federal y parte de lo que parece ser una broma macabra: quita el financiamiento de asociaciones de apoyo a personas con discapacidad, con VIH o a personas que tienen necesidad de una guardería para sus hijos pequeños, pero destina 320 millones de pesos para una oficina que tiene un nombre bastante vulgar, como “Probeis”, que es algo así como una rama del deporte oficial que se dedicará a la disciplina deportiva que más le gusta al mandatario, Andrés Manuel López Obrador.
Antes de que comiencen a saltar chairos como langostas en plena plaga, hay que recordar que sí, en algunas asociaciones había corrupción y mal manejo de los recursos, pero el presidente cortó de tajo la subvención sin investigar a los que realmente estaban robando dinero y quienes realmente estaban ayudando. Generaliza de una manera apodíctica y lamentable, ah, pero para la promoción del béisbol en escuelas, clubes y asociaciones, para eso sí hay. Como que no queda la cosa.
No es que el béisbol no sea importante. Como actividad deportiva es primordial para el desarrollo de una sociedad, además de que estamos convencidos de que no hay un juego más fascinante que ése, pero de eso, a crearle una oficina, mientras se le cierra el apoyo a personas con necesidades imperativas o a madres de hijos pequeños que tienen que trabajar buena parte del día, hay una diferencia abismal.
