No importa si la cuenta es personal o empresarial, tener una gran comunidad de followers es el objetivo de quienes crean perfiles en las redes sociales, después de todo, este tipo de plataforma brinda la posibilidad de alcanzar a un mayor público y, por consecuencia, las probabilidades de monetizar.
Aunque la práctica tiene muchos detractores, comprar seguidores Facebook, Twitter o Instagram, es una opción válida a la hora de mejorar la presencia online y optimizar la imagen de la marca, así como en los siguientes escenarios:
En la intención de difundir la marca
Las redes sociales permiten desarrollar promociones únicas, sin embargo, nada es posible si no contamos con una gran comunidad. El incremento del número de followers despierta la atención de los clientes potenciales, por ende, las posibilidades de lograr conversiones.
La cantidad de seguidores es uno de los principales datos que investigan los usuarios que acceden a los perfiles de nuestras redes sociales. Cuando la cifra es elevada, atrae y genera empatía, asimismo, es una invitación directa a disfrutar y compartir el contenido.
Para incrementar la visibilidad
Si bien la compra de seguidores es un método que cualquiera puede utilizar, los primeros en practicarlo fueron los influencers. Gracias a ello, hoy presumen de gran reconocimiento en el entorno digital y fuera de este.
En el caso de los perfiles empresariales o de emprendimientos, invertir en followers supone la oportunidad de crear una base de internautas que no solo consumen el contenido, sino que mejoran la reputación, optimizan el posicionamiento de la marca y aumentan el rango de alcance del mensaje que queremos transmitir.
