Miercoles 15 de Mayo de 2024

Juana Lázaro y su limbo en el cristal

Miguel Barragán

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CIUDAD VALLES. Una joven desorientada y alterada movilizó a autoridades del DIF, Protección Civil Municipal y de la Policía Municipal, debido a la preocupación de algunos transeúntes. Es una mujer de 26 años que comenzó a usar drogas cuando tenía un novio adicto al “cristal”.

 

El reporte

La tarde de ayer, un par de personas reportaron al 911 que una joven caminaba “desorientada” y de forma errática, cerca de Bulevar y Comonfort. Al lugar acudieron tres instancias: el DIF Municipal, Protección Civil y la Policía Municipal.

El operario de PC ya conocía a la mujer: Juana Lázaro, 26 años de edad y vecina de Lomas Poniente. Desde hace tiempo, su actuar es el siguiente: camina sin rumbo, no habla nada, intenta subir a autos ajenos y no reacciona cuando le hablan.

 

La mujer que una vez fue una empleada de autoservicio

Juana Lázaro no era la joven que camina sin rumbo en las calles de la ciudad. Era una empleada de la tienda de autoservicio que está junto al puente La Lagartija, que comenzó a tener un novio – innombrable para su familia- que la introdujo en el mundo del cristal, droga cada vez más común en los reportes policíacos sobre detención de narcomenudistas.

De ahí en adelante, Juana cambió y lo que menos quiere es estar junto a su familia, en una casa de madera y lámina, en medio de un fraccionamiento de clase media alta del sur de la ciudad y la rutina es salirse a caminar sin rumbo, sin hablar, sin hacer nada, sino convertirse en una sombra de lo que fue.

 

Atención psicológica

Eva María Melgarejo Anaya, coordinadora de Trabajo Social del DIF explicó que este viernes, hay una cita en el Centro Integral de Salud Mental para Juana Lázaro y su familia, con la intención de que se intervenga en su problema que, conforme pasan los días, parece recrudecerse.

Lázaro ha sido ingresada en un anexo en donde su mutismo y su desdén no ayudaron para que los encargados le hicieran entender que debe salir del remolino sin vida del cristal.

Una vez que sea atendida en ese lugar, habrá que plantear el futuro de la mujer de 26 años de edad que está dejando de ser ella misma, poco a poco.