Miercoles 15 de Mayo de 2024

Los Diablos de Semana Santa

 

Miguel Barragán

[email protected]

 

CIUDAD VALLES. Esta semana y hasta el domingo de Resurrección, los Diablos recorren, castigan, juegan y sentencian a los pobladores de los municipios de Tamuín, Tanlajás, San Antonio y Tancanhuitz, de acuerdo con una tradición que data de hace menos de 100 años y que fue impulsada en los años veinte del siglo pasado, por la Iglesia misma.

Estos municipios tienen la escenificación de los Diablos, que tienen una doble carga significativa en la tradición: por un lado, son la parte maligna de la Semana Santa y por el otro, son los justicieros que flagelan con sus chicotes a los pecadores que los van a ver, terminando el rito callejero con el baño purificador de cientos de litros de agua, contra los asistentes.

El antropólogo, Guillermo Ahuja Ormachea admite que la tradición de los Diablos fue impulsada, hace poco menos de cien años, cuando la Iglesia quería afianzar la fe católica, tras la imposición de la Ley Calles, del presidente Plutarco Elías Calles, quien limitó el culto católico en todo el país y que tuvo revueltas de parte de feligreses en todo el estado, aunque no con la intensidad que la tuvo en Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas, Michoacán y Jalisco.

Aunque la judea es una tradición de la Ciudad de México, en el caso de los Diablos, el espectáculo de redención a golpes, de exposición al mal y de baño purificador adoptaron estos municipios nombrados arriba dada la importancia política de estos poblados en la segunda década del Siglo XX.