Viernes 10 de Mayo de 2024

Vecinos quieren desalojar a Anastacia

Miguel Barragán

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CIUDAD VALLES. Anastacia Orozco Carrizales tiene 75 años de edad, vive en una casita hecha de parches y remiendos de cartón, plástico y unos cuantos bloques de concreto en la colonia Morelos y sus vecinos la quieren correr de ahí, acusándola de estar demente, aunque lo único que le falla es la vista, porque hace dos meses la atropelló un motociclista en la Vicente C. Salazar, desprendiéndosele sus retinas por el brutal impacto.

En 1991, una señora cercana a ella, le legó un pequeño pedazo de terreno y la única evidencia que tiene de ello es una ajada y rota hoja de papel que firma la donante, pero ahora, sola, provista de un bordón y solamente armada de un oído sano, se percató que sus vecinos, entre los que está Francisca N., la quieren correr de su predio para quedarse con él, no obstante de que nadie tiene escrituras de sus terrenos en ese lugar, como lo asegura.

Ella acudió en octubre a la Fiscalía General del Estado a pedir ayudar y la encargada de una de las mesas la envió a valoración psicológica, con la finalidad de saber si existen los indicadores de una presunta violencia de género y si en realidad ha sido también presa de amenazas, “creen que estoy loca, pero no”.

La misma agente del Ministerio Público envió cartas a José Luis Urban Ocampo, director de la Guardia Civil Estatal para que le brindara protección y a la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas del Delito para que se tomaran las previsiones pertinentes.

Pero nada ha pasado.

Anastacia ha sufrido un corte de luz provocado por uno de sus vecinos que se colgó del cable que le provee de un foco, una grabadora y un refrigerador y hasta la fecha, la Comisión Federal de Electricidad no ha ido a reconectarla, a pesar de tener un número de reporte UO703206268 que no le han atendido desde el 20 de febrero pasado.

Por las noches, ella escucha que los vecinos cuchichean sobre sacarla de su terreno y de hacerle daño y un miasma de una sustancia que ella no reconoce pero que se mete a su casucha en forma de humo, la afecta y la marea.

Anastacia se enoja porque no la dejan tranquila, cuando lo único que quiere es vivir en paz y sobrevivir con su único ingreso, el apoyo de Bienestar que le llega cada dos meses.