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Chilpancingo, Gro.- La escasez del gas LP en Zihuatanejo y Petatlán, en la Costa Grande de Guerrero, se agudizó y comenzó a provocar el cierre de negocios.
Hace ocho días, las tres gaseras (Gas Mundial, Gas Express y Global Gas) de Zihuatanejo cerraron por presuntas amenazas de las organizaciones criminales y los camiones repartidores suspendieron la distribución.
Desde el sábado pasado, los propietarios de las gaseras comenzaron a recibir llamadas y mensajes para extorsionarlos. Ese mismo día, la única empresa que está en el municipio de Petatlán también cerró por amenazas de extorsión.
El martes abrió una de las tres compañías en Zihuatanejo, pero se formaron largas filas de personas con sus cilindros para rellenarlos, ante la falta de repartidores.
Conforme pasa el tiempo, la crisis crece, y en estos días fondas y restaurantes de Zihuatanejo están cerrando por el desabasto. En varios puntos de la ciudad ya comenzaron a verse negocios de comida cerrados, según relataron vecinos, quienes piden no ser identificados por seguridad.
Empresarios y pobladores alertaron que la situación comenzará a complicarse aún más, porque las tortillerías serán las siguientes en cerrar ante la falta de gas LP.
El secretario de Seguridad Pública de Guerrero, el capitán de la Marina, Evelio Méndez Gómez, confirmó que integrantes de una organización criminal obligaron a las empresas gaseras a cerrar.
“No ha habido un ataque directo; sabemos por información de sus representantes legales (de las gaseras) que llegaron personas armadas y los obligaron a cerrar”, reconoció Méndez Gómez.
El mando justificó que no han actuado, debido a que ninguna de las gaseras ha presentado una denuncia penal por las extorsiones y amenazas.
Desde el año pasado, en Zihuatanejo las extorsiones no cesan. El último capítulo ocurrió en noviembre de 2022, cuando dos establecimientos de tortillas fueron atacados; a uno le lanzaron una bomba molotov y en el otro le dispararon a una de las empleadas.
Obispos exigen
frenar la violencia
“Tenemos la impresión de que se nos ha secuestrado colectivamente”, consideraron los cuatro obispos de Guerrero ante la inseguridad y violencia que padece el ciudadano.
