La compañía emplea los remanentes del concreto como materia prima para la elaboración del clínker, principal componente del cemento, y escombros de concreto para la fabricación de agregados reciclados.
Monterrey, 15 de diciembre de 2022.- Al aprovechar dos tipos de residuos de concreto, CEMEX dejó de emitir a la atmósfera más de 20 mil toneladas de dióxido de carbono, tarea que forma parte de la economía circular de la empresa.
Año tras año, CEMEX ha evolucionado a una transición permanente hacia una economía circular con beneficios ambientales, que involucra el uso de todos los recursos para su reincorporación a los procesos de producción todas las veces que sea necesario, y en la medida del máximo de las posibilidades, estrategia que permita demostrar la aplicación de una de las principales premisas de la empresa, en su registro y hoja de ruta para garantizar la sostenibilidad.
Este procedimiento, basado en criterios de economía circular, se basa en la reutilización de remanentes de concreto de obra para elaborar el clínker, un elemento básico y fundamental necesario para la producción de cemento, en un proceso que se basa en los protocolos que aseguran que el material no sé mezcle con otros residuos.
La estrategia promovida por Pro Ambiente, empresa filial de CEMEX, consiste en la recolección del remanente en algunas plantas de concreto, que una vez reunido, se le traslada a la Planta de cemento en Monterrey.
En el inventario de resultados, hay cifras interesantes, tales como el aprovechamiento de 350 mil toneladas de este material de residuos, según lo recabado desde el mes de agosto de 2020 y hasta ahora.
A partir del proceso, en el recuento de beneficios, se observa que la empresa ha dejado de emitir una cantidad mayor a las 21 mil toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, proceso equivalente a la plantación de 347 mil árboles que habrían crecido en un periodo de niños, según estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Otro método para el rescate de las condiciones del medio ambiente, es el uso de escombros de concreto en varias ciudades del país, con el fin de producir agregados reciclados que a la larga aportan otros beneficios tales como su uso en forma de grava, arena o piedra triturada, o en su caso también como base en la construcción de carreteras o rehabilitación de estructuras.
Según los resultados, desde finales del año pasado, CEMEX ha reutilizado un aproximado de 800 toneladas de escombros de concreto, a manera de reutilizarlos.
En este caso en particular, el programa permitió dejar de emitir 2.2 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, proceso que a su vez es el equivalente a la siembra de 36 árboles que han crecido durante 10 años, o representa un ahorro del equivalente de 170 mil recargas de aparatos de telefonía celular.
Este proceso de reutilización de residuos de la construcción, es una iniciativa qué a generado las condiciones para el aumento de la vida útil de las reservas de caliza, y propicia condiciones de ahorro por concepto de retiro de escombros.
“Hacer un uso más eficiente de los grandes volúmenes de material que utiliza la industria de la construcción, mediante el reuso y reciclado de los mismos, es parte de la economía circular que estamos desarrollando, condición que permite generar nuevos materiales de construcción con mejores funcionalidades, y una huella de carbono menor”, informó Guillermo Díaz, director de Pro Ambiente.
