Domingo 28 de Abril de 2024

El Xantolo, entre los mitos y la atracción turística

  Miguel Barragán [email protected]   CIUDAD VALLES. Guillermo Ahuja Ormaechea, catedrático de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, arqueólogo y estudioso de las etnias locales concluye rápido: el Xantolo no es indígena ni español, sino una tradición huasteca que no tiene más de 120 años de existir y que significa ahora una atracción turística […]

 

Miguel Barragán

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CIUDAD VALLES. Guillermo Ahuja Ormaechea, catedrático de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, arqueólogo y estudioso de las etnias locales concluye rápido: el Xantolo no es indígena ni español, sino una tradición huasteca que no tiene más de 120 años de existir y que significa ahora una atracción turística en días de muertos.

 

El origen

Xantolo es una palabra deformada entre el latín y el náhuatl que proviene del latinismo “sanctorum”, que significa “todos santos” y que se refiere a los difuntos de los panteones que, obtienen la calidad de todos santos hasta que venga el Juicio Final, de acuerdo con la tradición judeocristiana.

La Huasteca norte tiene la etnia tének, pero en el sur, la influencia es nahua, porque aquellos sitios de San Martín, San Vicente, Tanquián fueron parte del imperio mexica, así que, ya de entrada, nada tiene que ver con Valles, el norte de la Huasteca ni mucho menos otros lugares del estado o del país.

 

Turismo progre y comparsas

En el sexenio de Marcelo de los Santos (2003-2009), la secretaria de Turismo, Patricia Veliz Alemán difundió esta fiesta a toda la Huasteca, llevando los atractivos bailes de enmascarados a otras regiones, para hacer de ese Xantolo un atractivo turístico, así como los voladores de Papantla son un imán para gente de todo el mundo, por ejemplo.

 

Disfraces, máscaras y carnaval

La comparsa de los huehues (palabra náhuatl que significa “viejo”) proviene de la ritualidad católica y el carnaval, que comienza con la festividad de los difuntos y el fin de la cosecha, que es alegoría de la muerte de las estaciones, para terminar con el carnaval o fiesta desbocada anterior a la Semana Santa.

Originalmente, las comparsas datan de un tardío siglo XIX y se refuerzan en el porfiriato (los años dieces del siglo XX), por la crítica social y en esa celebración, el homosexual o la marimacho se travestían, portando indumentaria contraria a su sexo, porque se hacía la celebración de la boda del diablo, personaje que tiene connotaciones netamente religiosas y a estas ritualidades se les llamaba el baile de Las Marotas (marimacho), que provienen del sur de Tamaulipas o del norte de Veracruz, por eso la tradición de vestirse diferente al sexo.

 

Cóctel de personajes

La catrina es en realidad un ardid de José Guadalupe Posadas, aguascalentense que retrató a la garbancera, una vendedora callejera que se encontraba en los puros huesos, porque la situación económica vivida en el porfiriato era de pobreza pura, pero se le insertó al día de muertos y al Xantolo por el simple hecho de que es una calavera, no por otra cosa y es una adhesión nueva que nada tenía que ver con la muerte a la que se refieren estos días.

El payaso se agrega a principios del siglo XX cuando se hacen comunes las presentaciones de circos itinerantes, en los que las madres de familias usaban al payaso como símbolo temible de “roba chicos” y que se llevaba a los menores, al seguir a los saltinbanquis.

El apache o comanche es un elemento despectivo que se refiere a “la indiada” que provenía de fuera y hacía daño con malones o con perjuicios.

La muerte misma que baila los minuetes no es otra cosa más que la representación del fin de la vida de los europeos medievales y que se hizo famosa durante la peste bubónica de los años 1300, es decir, según Ahuja, es quizá el elemento menos indígena que existe.

 

La música

Generalmente, la formación y los pasos acompasados de los huehues se ejecutan con música de tríos huastecos y con la coreografía de los minuetes de origen francés, aunque Ahuja Ormaechea asegura que, para que la tradición perviva, el son o el ritmo a usarse, ha ido cambiando con el tiempo, hasta llegar a la cumbia y, no extrañe que un día pueda agregarse el reguetón a esta costumbre.

 

La comparsa como vendimia turística

Lo que quieren propios y extraños es a los huehues bailando y, en aras de obtener un sentido de pertenencia, se ha mentido mucho, asegurando algunos que esta tradición es indígena y de indígena no tiene nada, es un costumbrismo mexicano y huasteco que actualmente se usa con fines comerciales, porque sirve para atraer turistas y ha dado un resultado exitoso que a todos conviene, pero no se deben confundir las cosas sobre esta fiesta que cada año recoge algo más de la cultura novedosa, para bien de misma tradición.

 

 

 

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