Miguel Barragán
CIUDAD VALLES.- El jueves 1 de septiembre, entre ocho y nueve y media de la mañana, un niño de tres años que es ciudadano americano perdió parte de su dedo en la estancia infantil Pulgarcito, sin que hasta hoy su tutora en México y abuela paterna, Delfina Medina Hernández tenga conocimiento de lo que pasó.
La abuela del niño, quien sufre un trauma por la pérdida parcial de su extremidad, de acuerdo con el médico legista, denunció el hecho bajo el delito de lesiones, ante la Fiscalía General del Estado.
Hace un par de días, la directora de la estancia, Erika Espitia, en compañía de su abogado, le dijo a Delfina Medina que, si no retiraba la demanda interpuesta contra quien resulte responsable, entonces la Estancia Infantil Pulgarcito, propiedad de la exdiputada, Delia Guerrero Coronado, no se haría responsable de las curaciones que
por necesidad debe recibir el menor de edad.
Lo que más desespera a Delfina es que hasta hoy, no le han dicho qué pasó el 1 de septiembre y le niegan de manera categórica la observación de los videos de las cámaras de video vigilancia de la institución cuando ocurrió el incidente o la agresión de como perdió el dedo el menor.
La mujer sospecha de una intromisión más de Guerrero Coronado en el caso del niño, porque el traumatólogo del Sanatorio Metropolitano, lugar a donde llevaron al menor las encargadas de la guardería el día del accidente, mintió en su hoja de hechos sobre la atención de urgencias al decir que el niño había sido llevado por su abuela, cuando Delfina Medina llegó a ese sanatorio luego de que le avisaron del accidente.
Ahora exige que se le paguen las curaciones y que respondan por los hechos, además que expliquen qué fue lo que ocurrió con su nieto, quien estuvo inscrito en la estancia, a manera de guardería, a partir del 29 de junio pasado y quien tendrá que viajar a Estados Unidos de América muy pronto.
