Lunes 13 de Mayo de 2024

“Bambi”, el pequeño cervatillo que 80 años después sigue provocando lágrimas

EFE

El 13 de agosto de 1942, en el Carthay Circle de Nueva York, se estrenó una de las obras más maduras y tristes de la cinematografía de Disney, la primera en mostrar la muerte de una forma directa a los niños, la historia del pequeño cervatillo Bambi, que 80 años después sigue provocando lágrimas.

La muerte de la madre de Bambi a manos de un cazador sentó un precedente dentro del cine de animación infantil, ya que era la primera vez que se mostraba este tema de una manera tan evidente al público infantil.

Walt Disney defendió la idea de que la muerte también debía estar presente en sus relatos: “No creo que haya que aligerar los hechos para los niños, tanto en la vida como en el cine”, argumentó, según recoge el libro “Los archivos de Walt Disney”.

La cinta narra la historia de cómo ese pequeño cervatillo tímido que vive con su madre en el bosque poco a poco va haciendo nuevos amigos como el conejo Thumber, la mofeta Flower y la cervatilla Faline, a la vez que va aprendiendo grandes lecciones de su madre.

Cuando la pierde, Bambi se va a vivir con su padre, The Great Prince of the Forest, y tiempo después, se convierte en un ciervo joven y fuerte, que tendrá que luchar por el amor de su vida Faline, la cierva que conoció de pequeño y enfrentarse a su peor enemigo, el hombre.

La génesis del proyecto vino dada por el cineasta Sidney Franklin, quien adquirió en 1933 los derechos del libro “Bambi. Historia de una vida en el bosque” (1923) (“Bambi. Eine Lebensgeschichte aus dem Walde”), del autor austriaco Félix Salten, y le habló de la posibilidad de hacer una película animada sobre ello a Walt Disney.

Este clásico no se hizo de la noche a la mañana, sino que fue el resultado de un largo proceso. Las primeras conversaciones tuvieron lugar en 1933, pero por aquel entonces Disney todavía no se había planteado hacer ninguna cinta de animación, ya que la primera fue “Snow White and the Seven Dwarfs” (“Blancanieves y los 7 enanitos) en 1937.

Fue en abril de ese año, en medio de la producción de su primer largometraje, cuando Disney contactó de nuevo con Franklin para comprarle los derechos cinematográficos de “Bambi” y contratarle formalmente para que colaborara en la adaptación del guion.