Miguel Barragán
CIUDAD VALLES. Una carretada de huapangos, coplas, versos y violines trémulos fueron parte de la despedida del maestro Mario Chávez Solís, quien falleció el día de ayer, a causa de complicaciones en su salud debido al cáncer, llevándose consigo a uno de los últimos grandes íconos del arte folclórico de Valles.
La despedida consistió en tres estaciones diferentes, primero estuvo la velación en su casa, para después rendirle honores de cuerpo presente en el Centro Cultural de la Huasteca Potosina, para posteriormente llegar al templo de San Judas, en La Pimienta, en donde músicos, exalumnos, amigos y familiares escucharon las rimas que lo rememoraban.
La última morada de Mario Chávez será el panteón del ejido León García.
