Miguel Barragán
CIUDAD VALLES.- “Está muy carón”, “Es que tiene la carota muy grande”, “Esos lentes están muy grandes y son de mala calidad” habría dicho la directora de la primaria Mariano Jiménez, Dora María Lucero Ahumada de un niño de segundo grado, mientras la madre del menor preguntaba sobre el desempeño académico del alumno que era insultado por la docente.
Luego de esas palabras, el niño ya no quiere ir más a la escuela y se siente mal por lo que le dijo la directora de su plantel.
La narración es de Mireya de la Rosa Palau, madre del niño de segundo grado que recibió el maltrato verbal “sin ningún motivo”.
Nosotras (la directora y Mireya) estábamos hablando sobre el aprendizaje del niño”, refiere la madre del menor.
No solamente pidió los papeles del párvulo para ingresarlo a otro plantel, sino que esta tarde fue a la Segunda Visitaduría de Derechos Humanos, donde despacha Elvira Viggiano Guerra para emitir su queja sobre lo sucedido y la abogada refirió que no es la primera vez que surgen quejas contra esa escuela.
Paterfamilias confunden “buena educación” con el maltrato.
Viggiano Guerra expresó que podría pervivir entre los paterfamilias la idea de que los maestros estrictos hasta rayar en la violencia, como los castigos verbales o los golpes, suelen ser buenos métodos de enseñanza, comparados con los actuales, dado que ha tenido quejas de dos planteles, el Mariano Jiménez y otra primaria de la calle Carranza, donde suele haber notas de excelencia entre sus alumnos, pero también violaciones a los derechos humanos de los niños.
