Viernes 17 de Mayo de 2024

Mujer denuncia a maestro abusador

Miguel Barragán

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CIUDAD VALLES.- Nadia Yazmín Castillo Ponce tiene 21 años de edad, es universitaria y va bien en su carrera pero sufre un problema: tiene repulsión a que un hombre le dé clases y sufre de trastorno de ansiedad, porque cuando era niña, el maestro Moisés Sebastián, quien le dio cátedra en quinto y sexto año en la primaria José María Martínez Rodríguez, de la colonia Ignacio García Téllez la sentaba en sus piernas, le acariciaba el cabello y la besaba con intensidad en su mejilla pueril, además de hacerle tocamientos.

Hoy se atrevió a denunciar estos abusos de hace 10 años porque entre 2018 y 2019, cuando comenzó a llevar terapia por lo que le había ocurrido, acompañada de su madre, buscó a su abusador en esa misma escuela y no lo encontró, ni le dieron señales de la institución donde se encontraba, pero luego supo que era profesor de la primaria Club 20-30 de la colonia San Rafael y quiso advertir sobre este depredador sexual a otras jóvenes, que además tocó indebidamente a sus compañeras de primaria.

Castillo Ponce dijo que Moisés Sebastián no estaba en la primaria de la Téllez, porque un grupo de madres de familia lo acusaron de haber hecho lo mismo con sus hijas y en lugar de ser sancionado por la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado o el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, solo fue removido a otra institución.

 

La sombra que sigue y sigue

Varias excompañeras de quinto y sexto año de Nadia Yazmín le han informado que el supuesto profesor agresor las ha contactado por Facebook y vía Messenger, quien les ha pedido fotografías para poder admirar su crecimiento físico y durante su trajín por terapias y por testimonios, la joven relatora de este pequeño infierno se topó con los casos de dos jóvenes de Aquismón que, siendo niñas, sufrieron un intento de violación de parte de este profesor.

 

Caras vemos…

Cuando Nadia Yazmín era niña, tenía que trasladarse desde su comunidad rural a la escuela mediante un transporte especial, que las dejaba muy temprano en su escuela.

En el lapso entre la llegada y el inicio de clases, era cuando aprovechaba el profesor para llamar a Nadia, con el pretexto de revisar su tarea.

Nadia recuerda que el maestro Moisés Sebastián era admirado por los padres de familia, porque tenía “muy controlados” a los niños a los que impartía clases, “pero es que no hablábamos porque le teníamos miedo.

Yo me sentía mal y no sabía qué hacer porque él me decía a mí y a mis demás compañeras que nadie nos iba a creer si contábamos lo que nos hacía”.