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Si el rostro de Carmen Salinas se le hace familiar es porque se trata de una de las actrices más queridas del público por la gran variedad de papeles que interpretó a lo largo de sus más de 50 años en la actuación… siempre de madre abnegada y pobre.
La actriz nunca tuvo un papel protagónico o antagónico, siempre fue un personaje de reparto que cumplía un rol de colaboradora del personaje principal, más que nada desde un ángulo cómico: la abuelita con sus bendiciones, la vecina “sin pelos en la lengua”, la amiga de confianza.
Nacida en Torreón, Coahuila, en 1939, la actriz tuvo su debut en televisión en la novela “La casa de vecindad”, en 1964, en los estudios América bajo la producción de Ernesto Alonso.
Uno de sus personajes más destacados fue en “María la del barrio” (1996) como “Agripina”, junto a Thalía.
Después de varios años volvió a la TV con “Mi pequeña traviesa” (1997), “Entre el amor y el odio” (2002) y “Mundo de fieras” (2006). Luego de la muerte de su hijo Pedro, en 1994, Carmen cayó en depresión y fue difícil convencerla para que regresara a la actuación.
Otras de sus actuaciones memorables fueron en “Abrázame muy fuerte” (2000) y “Hasta que el dinero nos separe” (2009), estelarizada por Pedro Fernández e Itatí Cantoral.
Entre 2015 y 2018, y aunque ya había rebasado la edad del retiro, Salinas se puso a trabajar más que nunca. Fue en este periodo cuando trabajó con su amigo Cuauhtémoc Blanco en la telenovela “Triunfo del amor”.
No sin antes mencionar el programa que rompió récords de audiencia, “Hasta en las mejores familias”.
Mujer de mil voces
Dentro de las habilidades histriónicas de Carmen Salinas estaba la imitación. A través de los años, la actriz demostró su facilidad de poder imitar a varias personalidades de la farándula. La oriunda de Coahuila dejó para el registro su versión de Alejandra Guzmán, Lucerito, Celia Cruz, María Victoria, Lola Beltrán, Vicky Carr, Dulce.
A ella se le conoció en la década de los 60 como “La mujer de las mil voces” y sus presentaciones las realizaba en los programas del teatro Blanquita y “Siempre en Domingo”, donde era la estrella estelar.
