Sábado 18 de Mayo de 2024

l campamento de las tristezas y lamentaciones

Miguel Barragán

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CIUDAD VALLES. Decenas de personas rondan el Hospital General de Valles haciendo guardia para saber sobre sus pacientes internados en el nosocomio, que no permite la estancia en su interior y sin poderse guarecerse de las inclemencias del tiempo, porque el albergue de las damas voluntarias ha sido destripado por ladrones de sus instalaciones de luz y agua, haciéndolo inhabitable.

Dulce María Oyarvide es de Tanlajás y, desde hace un mes, dentro de la mole de cemento hospitalaria está su hija, pasando las de Caín, porque la atienden por un problema de la vesícula, eso sin contar con que está embarazada.

 

Dulce apenas sabe de su hija.

Compra de 60 a 70 pesos diarios de medicamentos y agua para que se los lleven hasta su cama a su enferma, pero nadie se acerca a decirle cómo va su recuperación o si se está recuperando.

Junto a ella está María Luisa Peña Godínez, madre de Cutberto de León, de 33 años, quien está fracturado y del que apenas tiene noticias, desde hace una semana que ingresó a piso.

Ambas, usan cartones y plásticos de bolsas de basura remendados a guisa de techo, amarrados a ramas del camellón central de la calle que conduce al nosocomio y ahí pasan los días y las noches, haga frío, calor, llueva o el sol tateme las cabezas de los que están esperanzados por el alta de sus familiares.

 

El albergue y la activista

El albergue Madre Teresa es un elefante destripado, no blanco, porque no está en uso, desde que los ladrones dieron cuenta del cobre de las tuberías e instalaciones eléctricas y lo dejaron inhabitable.

Así ha estado, solo, sin ocupantes, mientras que decenas de personas alrededor se cubren del sol y la lluvia con objetos que para la mayoría son basura.

Al lugar donde este reportero entrevistaba a las del campamento de espera, llegó Bertha Lilia Álvarez Rodríguez, originaria de Rascón, quien desde hace una semana espera la recuperación de su hijo, Óscar Jair Estrada, de 21 años, roto de su cadera.

La mujer las hizo firmar una petición que entregaría al Gobernador Ricardo Gallardo, hoy, luego de su visita al lugar, en la gira de trabajo en Valles.

Al final, la carpeta con las firmas y nombres de las peticionarias del albergue, se fue bajo el brazo de uno de los colaboradores del mandatario.