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CIUDAD DE MÉXICO, octubre 10 (EL UNIVERSAL).- Hasta el momento las manifestaciones discriminatorias en el juego entre México y Honduras no se han presentado. Han existido despejes del portero visitante, Luis López, pero el grito homófobico no se ha manifestado, más allá de que el sonido local pone el “México, México”, como prevención.
Pero lo que no pudieron prevenir fueron las ofensas contra el árbitro. Minuto 15: Maynor Figueroa caza al “Chucky” Lozano y con dura falta lo manda al césped. Todos piensan que el silbante de los Estados Unidos, Ismael Elfaht , sacará la amarilla, como lo hizo minutos antes con Héctor Moreno, pero no…, sólo queda en un llamado de atención.
De inmediato el Azteca se enciende y la mayoría del público comienza a gritar: “Culero… Culero”, y a mentar la madre con silbidos.
Parecería que esto pasaría desapercibido, pero no… El sonido local reconviene: “Les recordamos que no es permitido faltar al respeto”.
Las recomendaciones para no gritar “Puto”, siguen, cada despeje, cada pausa del juego, se repite, pero ahora, también hay que cuidar los insultos al árbitro.
