Viernes 03 de Mayo de 2024

Aplican justicia a su contentillo en zona tének

  Encierran a sujeto sin recibir alimento ni agua por varias horas, por agredir a su familia   Pie El indiciado, fue encerrado por agredir a su familia.   *16 horas duró encerrado sin recibir agua ni alimentos     Redacción [email protected]   CIUDAD VALLES. La familia de un hombre que pasó la noche de […]

 

Encierran a sujeto sin recibir alimento ni agua por varias horas, por agredir a su familia

 

Pie El indiciado, fue encerrado por agredir a su familia.

 

*16 horas duró encerrado sin recibir agua ni alimentos

 

 

Redacción

[email protected]

 

CIUDAD VALLES. La familia de un hombre que pasó la noche de ayer y parte del día de hoy encerrado en una celda sin acceso a agua, alimentos y lugar para orinar o defecar, denunció que se estaban pisoteando sus derechos humanos, pero el incidente por el que fue encerrado este hombre, fue el motivo para que se diera a conocer que la Policía Municipal y Estatal dejan solos a los tének en sus emergencias.

La historia comenzó cargada a uno de los lados: una familia denunciaba el encierro “inhumano” de un hombre en la celda de La Lima, en la zona tének, en donde tenía alrededor de 16 horas de no probar bocado, tomar agua ni tener dónde hacer sus necesidades fisiológicas.

Este reportero fue a ese lugar y se topó con Jacinto Pérez Hernández, de 44 años, quien dijo que se había peleado con sus familiares, alrededor de las nueve de la noche de ayer y que el juez auxiliar de La Lima, Juan Martínez Hernández lo había encerrado, a su suerte, en ese lugar.

El hombre estaba acompañado por su hermano, quien se quejaba de la falta de humanidad en el encierro, a donde ninguna autoridad había acudido para tomar las acciones conducentes.

Poco después, en una motocicleta, llegó Juan Martínez, juez auxiliar, quien explicó que el hombre en cautiverio se había quedado ahí por dos motivos: porque en dos ocasiones se le habían perdonado sus accesos de violencia estando bajo el influjo del alcohol y esta tercera vez ya no había por qué ser indulgente y, la segunda: seguía encerrado porque la policía – ni la Municipal, ni la Estatal- acudían a la zona tének, por más que se les pedía que lo hicieran, en las emergencias. De hecho, Juan Martínez se quejó de que los auxiliares de las comunidades como él, no ganan dinero y tienen que batallar con los infractores o delincuentes y, quienes sí tienen sueldo, los uniformados, nunca se paraban ahí.

Aureliana Hernández Pérez, cuñada del encerrado, llegó al lugar poco después con una denuncia por las agresiones recibidas por Jacinto, quien la abofeteó en muchas ocasiones y de ella dependería si salía de su celda su agresor o no, ya que lo había demandado penalmente por las lesiones.

 

Notas Relacionadas