UN niño con terrores nocturnos y pesadillas nacidas del miedo a sus agresores que no sólo lo incapacitaron para correr y para vivir libremente como un infante de 12 años, sino que lo amenazaron para que no dijera nada durante dos meses a sus familiares sobre la tortura que pasó, puede convertirse en un parteaguas sobre el tema del abuso o bullying y también en tema sobre la celeridad en la investigación que este tipo de casos debe observar…
RODOLFO González Meraz murió a la medianoche de ayer de complicaciones múltiples que le causaron las lesiones que le provocaron tres veinteañeros (dos hombres y una mujer) que presuntamente alcoholizados, lo amarraron a la brida de un caballo y lo subieron a su lomo para reír y grabar un video que hiciera reír a los visitantes de Youtube. Las consecuencias fueron letales…
EL niño, adolorido de cabeza, espalda y piernas, permaneció dos meses en silencio, porque temía a las represalias y hasta enero, su dolor estalló y entre lágrimas informó a su madre y su abuelo de lo ocurrido…
LA madre interpuso una denuncia que se atascó entre los pendientes de la Fiscalía y los perpetradores de la inhumanidad anduvieron y andan libres todavía en la colonia Hidalgo, de donde son vecinos…
LA reacción de los familiares es de venganza y es de humanos sentir odio hacia quienes quitan la vida de manera indirecta a un niño que, antes de eso estuvo sano, pero la justicia por propia mano sería un acto doloso que hundiría a la familia todavía en más simas de las que ya conoce, con la pérdida reciente…
LA Fiscalía debe apurar el paso y cargar o descargar culpas, pero se debe considerar el hecho de que el abuso puede tener consecuencias así de graves y los diputados deben sentarse a analizar el tema para cambiar la ley…
MIENTRAS tanto, una vida otrora sana se acabó y una Fiscalía General de Justicia demuestra que hay casos a los que no se les da secuencia pero que, a la postre, deben ser resueltos, por el bien de la comunidad y de la tan ansiada justicia de los familiares del niño que ya no está.
