Jueves 16 de Mayo de 2024

Bitácora

EN la época de la insensatez, es común pensar que se puede prometer lo que sea, pero las promesas de David Medina Salazar, candidato a alcalde de la coalición Juntos Haremos Historia no solamente son absurdas, sino que atentarían contra la economía local. Un ejemplo: en aras de gustarle a los ciudadanos, ya que tiene muy pocos recursos discursivos, ha dicho que le dará zapatos a todos los niños de Ciudad Valles en edad escolar…

 

BIEN, para empezar, son 30 mil menores de edad en el municipio de Valles. Vamos a suponer que cada par de zapatos, le costará lo que le cuesta a un padre o madre de familia: un promedio de 300 pesos. El gasto, no previsto, no necesario y no lógico de compra de zapatos con dinero del erario sería de nueve millones de pesos, dinero que nunca va a tener disponible para el rubro de zapatos, en ningún mundo onírico del Partido Verde, del Trabajo o de la odisea donde él viva…

 

PERO bueno, supongamos que el candidato agarra nueve millones y cumple con su promesa y encarga los tráileres con los 30 mil pares de zapatos…

 

LA gente recibiría las cajas con los zapatitos corrientes, llenos de vítores y de vivas para David. Ahora bien, esos zapatos ¿a quién se los va a comprar? De seguro a un mayorista de fuera, porque no hay mayoristas que tengan esos volúmenes en Valles y, al comprarle a un proveedor o dos, se toparía con el tema de la incentivación del monopolio, porque solamente una empresa se beneficiaría con los nueve millones o el sobreprecio que se quiera poner.

 

¿Y los zapateros de Valles que tienen el regreso a clases como su propia zafra? ¿Se van a quedar viendo? Sí, ajá. Un problema de colofón: ¿cómo demonios van a saber si el enorme encargo coincidirá con la talla de cada uno de los niños (en constante crecimiento) de Valles? Las tonterías que hay que escuchar en campaña, de veras.