Domingo 05 de Mayo de 2024

Bitácora

ADRIÁN Esper sigue gobernando en Valles y su antiguo chofer y hoy alcalde de Valles sigue instrucciones sin ni siquiera chistar. Es más, no sólo gobierna en Valles, sino que usa a los empleados como moneda de cambio y ahora que no le sirven los funcionarios, se deshace de ellos, más aún porque están trabajando […]

ADRIÁN Esper sigue gobernando en Valles y su antiguo chofer y hoy alcalde de Valles sigue instrucciones sin ni siquiera chistar. Es más, no sólo gobierna en Valles, sino que usa a los empleados como moneda de cambio y ahora que no le sirven los funcionarios, se deshace de ellos, más aún porque están trabajando en la campaña de Guadalupe Contreras Pérez.

 

ADRIÁN Esper solamente alivió el empuje de su ego, haciéndose alcalde, pero nunca gobernó. El que se encargó de acomodar gente hasta hacer que la nómina creciera un 25 por ciento y llegara a los 15 millones de pesos mensuales fue su querido (y ahora odiado) Lupillo Contreras, quien se quedó con la estructura política que hizo Esper en la campaña de 2018.

 

ADRIÁN ni peló a los que anduvieron con él, sino que ellos se entendieron con él ahora candidato a alcalde por Morena.

 

ESA estructura consta de alrededor de 150 personas que ahorita son funcionarios y que tienen trabajo gracias a que los reclutó Lupillo, no a que tuvieran alguna relación social o amistosa con Esper.

 

CON esta estructura, ganando sueldo en el Ayuntamiento cómodamente, Contreras Pérez planeó su candidatura, de la que ha dicho que se siente muy seguro de sí mismo. Pero esa estructura se conforma de gente a la que le paga y a la que gobierna un ala de empleados de Adrián Esper que han sido leales a su familia toda la vida: la tesorera Patricia González y el oficial mayor, Roberto Carlos Espinoza y así como los contrató, los descontrató, con todo y el abuso patronal de rigor en el que no se respeta ningún tipo de derecho a los trabajadores.

 

EL pleito entre Esper y Guadalupe Contreras ahí está, afectando a terceros y al desempeño de los trabajadores del Ayuntamiento que, tratándose de los directores, pues son personas a las que nadie va a extrañar, por su pobre función, pero que al final de cuentas no son sino mercancía para Esper y para Contreras.

 

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