DESDE el pasado miércoles en la noche las redes sociales se inundaron de notas falsas sobre inseguridad, balazos y hasta visiones de vecinos de delincuentes que ejecutan acciones contra la población civil, dejando una estela de caos y muerte…
AFORTUNADAMENTE nada de eso ha sido cierto, pero la imaginación que se desborda en el Facebook y en el Twitter es digna de creaciones literarias, porque incluso algunos dicen haber visto o escuchado a los criminales, disparando contra ciudadanos…
EL miércoles en la noche, el reporte de “SDR” (siglas para referirse a la frase “situación de riesgo”) fue en Tamuín, en donde se hablaba de balaceras entre policías y delincuentes, un muerto dentro de un coche y persecuciones por toda la comarca catanera…
EL reporte fue tan falso que la Secretaría de Seguridad Pública del Estado tuvo que mandar un comunicado en el que desmentía esos hechos y pedía a la ciudadanía que no hiciera caso de cualquier página de Facebook o de lo escrito por personas que no tienen comprobación ni fuentes de nada…
INCLUSO los “noticieros” de páginas de Facebook se tomaron la molestia de poner una foto de un hecho sangriento de otra entidad y de hace mucho, para ilustrar lo de Tamuín…
AYER también hubo notificaciones de que había movilizaciones en la Lázaro Cárdenas y en la 20 de Noviembre y no había nada, no porque las corporaciones así lo hubieren dado a conocer, sino porque los reporteros serios que tienen que ir a corroborar estas noticias no encuentran evidencia de absolutamente nada…
HOY, para variar, volvió la mitomanía a la Lázaro Cárdenas y se reportaron supuestas detonaciones en ese sector, pero tampoco había nada. Se entiende que el estrés causado por los acontecimientos recientes en los que han perdido la vida violentamente una veintena de personas, causen un permanente estado de alarma y una avidez de conocer los supuestos hechos de criminales, sin embargo, hay que verificar las fuentes, como la nuestra, de Huasteca Hoy, que corrobora cada nota que usted lee y que no se vaya de bruces con páginas de ciudadanos que se sienten reporteros, pero que no tienen la mínima capacitación para tratar temas tan delicados, como el respetable lector se lo merece.
