CON Octavio Pedroza Gaitán, candidato a gobernador por la coalición “Sí por San Luis” (PRI-PAN-PRD-CP) se demostró una imposibilidad y una política demagógica contradictoria al mismo tiempo…
LA salud está en segundo lugar y los equipos de campaña se debaten entre mostrar músculo político o cuidar las formas respecto a la cantidad de gente que debe haber sin exponer al bicho del siglo XXI a los asistentes…
EL evento de Pedroza gozó de las porras profesionales y de las comparsas acostumbradas por PRI y PAN, o sea que no faltó el vitoreo ni el entusiasmo, porque hay operadores que pueden presumir de tener doctorado en estas fruslerías, pero una cosa es cierta, el evento, hecho en un club de futbol privado fue la muestra de que a las primeras de cambio se violará el código de distancia instaurado desde que el Covid 19 comenzó a infectar gente en la entidad potosina, hace casi un año…
LAS voces desesperadas de los asistentes de Pedroza discutían, mientras éste emitía su discurso si hacer paneos (recorridos de la cámara de un extremo a otro del objetivo) para que se viera la aglomeración de banderas de los colores de la coalición o evitar la toma con celulares para no mostrar la otra aglomeración, la de la gente, la peligrosa y la riesgosa…
ÁNIMO sí había, pero cabe recordar que los dos partidos más grandes de la alianza se la saben muy bien cuando se trata de contagiar entusiasmo y la perorata de Pedroza se centró en hablar mal de la 4T y de calificar de indestructible a la coalición, pero la disyuntiva será esa ahora: demostrar que se tiene poder de convocatoria o cuidar a los ciudadanos, a los colaboradores y a los medios de comunicación del coronavirus.
