Domingo 19 de Mayo de 2024

Athletic derrota al Barcelona y se lleva la Supercopa; Messi, expulsado

EFE

Un golazo de Iñaki Williams en la prórroga le dio la gloria al Athletic Club al ganar al Barcelona (2-3) y su tercer título de la Supercopa de España, tras una final con alternativas y donde la fe de los bilbaínos superó a un rival con Leo Messi muy por debajo de su nivel y que terminó expulsado en el último suspiro.

Tras una primera mitad con el equipo vasco superior, aunque con pocas ocasiones hasta que Griezmann adelantó a los azulgranas en el 40 y a los dos minutos De Marcos hizo el 1-1, el delantero galo del Barcelona volvió a marcar en el 77, pero Asier Villalibre igualó en la recta final y luego Williams decidió en el tercer minuto de la prórroga.

Barcelona y Athletic pugnaban por el primer título de la temporada para impulsar sus carreras, con muchos claroscuros, tras deshacerse en semifinales del nuevo formato de la Supercopa de la Real Sociedad en los penaltis y del Real Madrid, respectivamente.

Despejada la gran incógnita previa a la final al recuperarse Leo Messi de su problema en un muslo y abanderar así a un equipo que, con el astro argentino, multiplica de forma exponencial su capacidad de juego, de intimidación y de peligro, Ronald Koeman y Marcelino García Toral apostaron por cierta continuidad en sus onces.

En el azulgrana, sólo dos cambios respecto a la sufrida semifinal contra la Real con la entrada de Messi y del lateral estadounidense Sergiño Dest por el danés Braithwaite y Óscar Mingueza; y en el Athletic, la única novedad del central Yeray Álvarez por Unai Núñez.

Los bilbaínos, bien plantados y muy robustos en todas sus líneas, salieron con más brío a la final de La Cartuja, con una asfixiante presión arriba que incomodó mucho la salida del balón de un Barça quizá apocado en exceso, como si no supiera neutralizar las armas de un rival que jugó sin miedo y dejándose el alma en cada disputa.

La primera consecuencia de esta extraña falta de claridad en los culés, cuando no recelo y ausencia de intensidad, fue la nula presencia de Messi en las escasísimas llegadas de su equipo.