Miercoles 15 de Mayo de 2024

Xantolo, el arco de invitación a los muertos

Miguel Barragán

[Huasteca Hoy]

 

CIUDAD VALLES. Lo importante de la tradición del Día de Muertos es que continúe, que las familias sigan haciendo el arco en sus casas y se pongan las ofrendas preferidas para que los fieles difuntos y los vivos convivan, afirmó el antropólogo y catedrático de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Guillermo Ahuja Ormaechea.

Dijo que con la llegada del frío, llegan los muertos y la flor de cempasúchil, que es la flor del último sol, antes del ambiente invernal es el momento de celebrar a los muertos con el festín y con el baile.

“Imagina que haces una fiesta e invitas a los que vienen del más allá, ¿qué haces? Obviamente haces lo mismo que quien organiza una fiesta: comida para convidar y música para bailar”.

La confección del arco no debe ser motivo de discusiones ni de peleas sobre su armado. Que cada quien lo haga como mejor le acomode, menciona Ahuja, “nada más con que no lo deje de hacer”.

La significación del arco puede tener muchas vertientes, sin embargo la acepción es que se trata de la puerta de entrada de lo celeste a lo terrenal, es decir, la puerta que trasponen los muertos para venir a su fiesta y que todos se la pasen bien.

Dijo que esta tradición es un sincretismo (conjunción de ideas y pensamientos religiosos españoles e indígenas) que data del siglo XVI y que como solía suceder, tuvo una enérgica oposición de la Iglesia Católica, que con el paso de los años fue cediendo a la costumbre de celebrar las últimas cosechas de los pueblos originarios.

Sin embargo el arco fue un armado que los mexicanos de clase baja comenzaron a hacer en el porfiriato, cuando el presidente Díaz movió las fiestas y comparsas del Zócalo por considerlas aindiadas, ya que él tendía a respetar la cultura europea, por cuestiones económicas y sociales.

El arco y los tamales, así como el pan son la recepción amistosa del Xantolo para los que recordamos con cariño.