Redacción
[Huasteca Hoy]
AQUISMÓN. Gregorio Santiago Margarito no pudo sostener económicamente más a su esposa, Leticia Hernández Cruz ni a su hija de año y medio, Keyly Guadalupe Santiago porque el Covid acabó con los turistas que viajan a diario al barrio Unión de Guadalupe y Golondrinas para conocer el famoso sótano donde él es guía, por eso se fue con sus hermanos Venancio y Jaime a Monterrey, a buscar trabajo como albañil el pasado lunes 14 de septiembre. Sin embargo, el sábado 26 de septiembre, policías de la Fuerza Civil de la ciudad de Monterrey lo mataron por la espalda y dejaron en estado grave a sus hermanos, a quienes también dispararon por detrás. En la refriega también murió Claudio Reyes, que vivía en un barrio adyacente al de Gregorio.
Hoy el velorio se realiza en la casa donde vive la familia Santiago Margarito, en una ladera de impresionantes paisajes, en plena Sierra Madre Oriental y la respuesta de la esposa y de los hermanos de Gregorio, Reynaldo y Marcelino fue la misma: el difunto que estaba en la casa desprovista de muebles tenía un balazo en la espalda y sus hermanos, graves en el Hospital Universitario también tienen impactos de bala en el dorso.
Los hechos
El sábado, Gregorio y sus hermanos, así como Claudio estaban bebiendo cerveza en una casa en construcción donde se quedaban a dormir y que ellos mismos edificaban, en el sector conocido como Villas de Cristal.
Los deudos de Gregorio no saben cómo estuvieron los hechos y ninguna autoridad les brindó una explicación o una condolencia, solo saben que agentes de la Fuerza Civil llegaron al lugar y después de unos minutos, comenzaron a escucharse balazos.
Los medios de comunicación de Monterrey informaron que los albañiles de Aquismón se habrían resistido a una revisión de la Fuerza Civil y eso habría detonado la tragedia. Ahora la Secretaría de Seguridad Pública del Estado en Nuevo León investigará los hechos.
Marcelino Santiago dijo que el Covid empujó a su hermano a ir a Monterrey, pues ya había hermanos de ellos en aquella ciudad laborando y los invitaron a probar suerte en esa ciudad.
“Debido a lo de la pandemia que vino a amolar a todos tuvo que migrar porque aquí ya no había donde trabajar”, relató.
Hasta antes de la pandemia, su sustento provenía de guiar turistas o de la paga por trabajar en terrenos de particulares.
Marcelino pidió Leticia, esposa de Gregorio no solo perdió al hombre que quería, sino que se quedó sola con su hija.
“El sábado nos dijeron que hubo una balacera allá en Monterrey donde trabajaban, a los cinco los hirieron, mi esposo falleció en el lugar y también un señor de allá abajo, un vecino de allá, mis dos cuñados están muy graves allá… yo simplemente pido que se haga justicia, que busquen a los responsables y que nos ayuden a nosotras que nos quedamos solas con nuestras hijas”, narró Leticia.
La esposa de la otra víctima mortal se queda con una niña de tres años de edad.
