Domingo 19 de Mayo de 2024

Bitácora

La lucha de poderes en Cabildo es como una pelea de ciegos o de discapacitados. Hay tres personas que están cabildeando por su cuenta para quedarse en el puesto del alcalde para cuando Adrián Esper se vaya con los morenistas para ver qué cargo de elección popular puede negociar para seguir en la palestra, ahora con más motivo, dado que el partido del presidente podría no escoger al secretario de Educación, Esteban Moctezuma, para ser candidato de MORENA a la gubernatura del estado… 

 

LOS regidores en franca disputa son Socorro Calderón, Guadalupe Contreras Pérez, ambos independientes y el regidor Marco Antonio Conde Pérez que tuvo que dejar el intento de vender espejos con la gente de Esper, con que él es una especie de enlace con los del partido MORENA, porque francamente no tiene ningún activo en ese instituto político, salvo amistad con el presidente estatal, Sergio Serrano, quien tiene liderazgo entre dos o tres militantes y nada más… 

 

PERO el pleito intestino lo tienen Calderón y Contreras, ambos sin verdadero trabajo relacionado con sus funciones, ya que no hacen otra cosa más que aparecerse en los “en vivo” de Facebook del alcalde Esper para hacer como que son parte de la lista de popularidad de Presidencia, pero ambos son de un tono tan gris, que por momentos se torna negro… 

 

QUEDARSE en el cargo de Adrián Esper será una verdadera monserga, porque está dejando muchas cosas pendientes que obviamente no avanzarán si no está él, ya que son proyectos más personales que de interés común como la ciclopista que atravesaría la ciudad de lado a lado… 

 

CALDERÓN reboza en inexperiencia, porque es de esas ediles que creen que con cumplir con la asistencia en las sesiones es suficiente, pero que no tiene ninguna simpatía. Guadalupe Contreras solamente tiene foro con el alcalde, porque su antiguo trabajo como operador del PRI ya no cuenta con relevancia… 

 

A los dos los ha maiceado el alcalde, pero igual les sale con una sorpresa al final y deja al menos esperado. Es cosa de esperar y ver cómo se erige alguien todavía peor que él.