Miercoles 15 de Mayo de 2024

Arturo Ripstein recibe galardón de Málaga

EFE-

Málaga. – El veterano director de cine Arturo Ripstein necesitó poco más de media hora para dar una clase magistral de guion, personajes, composición, rodaje y montaje de películas y lo hizo tras agradecer “humildemente” que el Festival de Málaga le otorgó su 23 Premio Retrospectiva.

“Empecé siendo un cinéfilo rabioso y lo que más me gustaba era ir al cine para tener una mirada; esto de pronto me lo han abolido el comercio y la prisa”, denunció el maestro, que en unos meses cumplirá 75 años.

Cómodamente sentado en la biblioteca de su casa de Ciudad de México, Ripstein -acompañado en la sombra por su mujer Paz Alicia Garcíadiego, que saludó a última hora- se conectó vía telemática con el Festival de Málaga para charlar con la prensa y agradecer la Biznaga a toda una vida de cine que recibió de manera virtual.

Rey del plano secuencia, Ripstein confesó al director del festival, Juan Antonio Vigar, que le dio la bienvenida, que filmar sin cortes se hace de dos formas, o con la cámara inmóvil mientras se mueven los personajes o al revés, y “en los dos casos el sentido del movimiento es ondulante, como el mar”.

“Pero cuando se hace con cortes, la emoción está en la yuxtaposición, y esa ya es otra manera de entender el cine”, dijo.

CINE COMERCIAL

En ese momento, el autor de “Profundo carmesí” (1996) señaló que “últimamente no hay ni una cosa ni otra” y agregó que “el cine comercial y el virtual nos están acostumbrando a un lenguaje que solo tiene velocidad, la mayor enemiga del montaje”.

Vigar admira en el creador “la minuciosidad de los guiones, la fluidez de sus planos secuencias, el ritmo pausado y a la vez preciso que permite analizar y al tiempo seguir a los personajes” y su modo de introducir en sus películas “un análisis profundo de la vida y los sentimientos”.

GALARDÓN

“Estoy muy honrado de darte el premio, sobre todo en estos tiempos tan feroces”, señaló el director. Desde su debut a los 22 años con “Tiempo de morir” (1965), el mexicano se ganó a pulso el reconocimiento del cine español, que le dio sus premios más importantes; del Nacional de Bellas Artes, en 1997.