María Medrano
La violencia en contra de mujeres periodistas es diferenciada, misógina y es posible además de las omisiones de la autoridad, debido al contexto social, político, ideológico y jurídico que impera en México.
Estas fueron algunas de las reflexiones realizadas por la organización Comunicación e Información de la Mujer, tras 18 años de documentar, con ayuda de la Red Nacional de Periodistas, las agresiones en contra de las mujeres periodistas. El resultado del monitoreo es un micrositio denominado “Cartografía de agresiones contra mujeres periodistas en México”.
El micrositio hace un recuento de 18 años, suman 898 agresiones registradas en todo el país, 414 de los cuales son casos de violencia institucional y 19 homicidios de periodistas que tienen características de feminicidio.
En la entidad potosina, durante este lapso se contabilizan 20 agresiones, la mayoría ejercidas por funcionarios estatales o el propio Ejecutivo del Estado o funcionarios municipales.
Durante la presentación del mapa de agresiones, Edison Lanza, relator especial de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) apuntó que en estas conductas se percibe una intención manifiesta o inconsciente de reducir a las mujeres periodistas.
Además, agregó que se detecta un tipo de violencia específica en contra de las mujeres periodistas que hacen necesario que el Mecanismo de Protección a Periodistas y Personas Defensoras de Derechos Humanos del gobierno federal cuente con personas expertas en perspectiva de género.
Los datos apuntan a que la violencia psicológica es la más ejercida en contra de las mujeres periodistas, le sigue la violencia física, la patrimonial, la digital y finalmente la sexual.
Lydia Cacho Ribeiro, caso emblemático de agresiones en contra de mujeres periodistas, consideró que el papel de la mujer ha sido fundamental para transformar el rostro del periodismo en el país, “trajimos la perspectiva de paz, de género, de derechos humanos”.
Lo que propicia que el ataque a las mensajeras, quienes hacen la tarea puntual de investigar, la violencia, pobreza, ecocidio, corrupción y mafiocracia integradas en el Estado Mexicano.
“Esta aportación inmensa tiene un costo enorme y doble, no solo porque tenemos técnicas y hemos desarrollado nuevas estrategias de documentación, sino porque somos mujeres y nos atrevemos a revelarnos contra el sistema patriarcal (…) se meten con nuestra edad, con nuestra apariencia, nos siguen colocando en ese lugar en el que nos cosifican”, lamentó.
A su vez Adriana Ramírez Venegas, responsable del programa Libertad de Expresión y Género de Cimac, expuso que la intención de este mapa es evidenciar los impactos diferenciados de la violencia en contra de las mujeres periodistas y construir una plataforma de consulta pública.
