Viernes 17 de Mayo de 2024

Bitácora

ESENCIALMENTE, el doctor Hermann Woge Martín del Campo, exdirector del Fortaseg, que es el programa para el fortalecimiento de la seguridad de los municipios y que salió enojadísimo con el alcalde Adrián Esper, a pesar de que éste le pagaba más que a nadie en la administración (como 50 mil al mes), ya anda en campaña desde hace tiempo, solamente que es una campaña muy peculiar, porque el movimiento político que “encabeza” prescinde de su presencia.

A saber: Woge Martín del Campo tiene a su alrededor a varios colaboradores que saben de política lo que Donald Trump sabe de tolerancia, pero que se la han pasado hablando con él sobre la increíble popularidad que el doctor tiene con los ciudadanos (cosa que está por probarse) y con estos argumentos, los “operadores” políticos se la han pasado dorándole la píldora al médico, pero sin resultados reales. Es algo así como lo que pasó con la campaña política de Marco Antonio Conde: ésta nunca existió, porque él quería quedarse con la regiduría para estar dentro del Cuerpo de Gobierno.

NADA más que aparte de que al doctor no le están operando nada en los sectores, está el hecho de que están llevando a cabo reuniones sin sana distancia ni nada y con gente de la tercera edad participando en ellas. Todo se vale en la política, menos arriesgar a la gente vulnerable ni mucho menos al capital político de arranque que se tiene bajo la manga.

OTRO que anda haciendo grilla sin sana distancia es el colaborador y fiel amigo del líder de la Sección 74 del Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Salud, Raúl Torres Reyes, el edil Ignacio Vicente Hernández, porque ambos hicieron reuniones en la sede de este gremio para entregar apoyos, luego de meses y meses de ausencia y de no haber defendido intereses de trabajadores ni en defensa propia, valga la redundancia.

ASÍ es, estos dos personajes andan haciendo proselitismo para que se reelija el líder gremial, pero también, pasándose por alto los protocolos de sana distancia, no obstante que Raúl Torres es sindicalista de salud y el regidor Ignacio Hernández es el edil de la comisión de Salud, pues ¡salud!, entonces, por si alguien del Sindicato empieza a estornudar en lo sucesivo.

LA liberación de la cerveza fue un asunto que no gustó mucho a las autoridades de Comercio y a la Secretaría de Salud, porque como fieles creyentes del dios Baco, muchos vallenses se volcaron con sus cartones y sus envases a comprar el lúpulo a buen precio a las agencias de cerveza y a las tiendas donde ya había surtido rico de las botellas con bebidas espirituosas.

NADIE dice que no haya sed, después de dos meses de ventas descarriadas con precios que nadie podía creer, pero la sana distancia, otra vez no se respetó y prefirieron arriesgar la vida de sus pulmones por ir a surtirse de la cerveza tan añorada a su precio oficial. No hay que ser.