QUIZÁ más de la mitad de los ciudadanos potosinos, más aún los de la región Huasteca, no creen que haya ningún virus, sino que todo parece tratarse de conspiraciones, ¿de qué tipo? Tampoco saben explicarlo, pero en el Coronavirus creyeron hace meses, cuando todavía no llegaba a San Luis Potosí ningún caso y ahora que incluso mató a una niña que sufría desnutrición y que apenas contaba con cinco años, además de tener infectados a 73 vallenses, ya no creen en él, en buena medida.
PERO el por qué no creer es un asunto que tiene que ver con la idiosincrasia de los huastecos y de los mexicanos porque al Gobierno no se le cree, se le sufre, como dijo Octavio Paz y la Secretaría de Salud depende directamente del Ejecutivo federal, así que creerle no es una prioridad, sino más bien cuestionarlo.
SE ha vuelto meme una realidad que tiene mucho de atroz e incongruente, pero que es más que una verdad: no creen en el Covid-19, pero sí creen en la Santa Muerte, en los santos milagrosos que pueden atraer dinero de la noche a la mañana y en el Melate, porque la religiosidad proviene de la madre, del seno familiar y esa creencia es sagrada, mientras que la ciencia expuesta por la Secretaría de Salud viene del cochino gobierno y de Salinas de Gortari y del Gobernador que quiere el préstamo para meterlo a su cuenta, no para el Covid y todas las barbaridades que uno suele escuchar.
PERO la descreencia está justificada esta vez porque hay una evidencia documental de que ayer la Jurisdicción Sanitaria no se hizo cargo de un enfermo de Covid-19 que es un vagabundo sin hogar de Las Huertas y que ayer buscaba que familiares de Ignacio Zaragoza le dieran alojamiento en un espacio para confinarse porque sabía que no podía deambular libremente debido a su condición.
EL DIF municipal se fue a hacer cargo del asunto (no del traslado del enfermo ni de acercarse a él, porque en esa instancia no están capacitados en el protocolo), sino para encontrar a un familiar que se convenciera de alojar al contagiado y la gente de la Secretaría de Salud ni siquiera se molestó en ir a darse una vuelta para atender este caso único, ya que se trata de una persona que literalmente no tenía donde recluirse para pasar la cuarentena.
A la mejor de tanto reportar casos nuevos de Covid-19, lo que ocurrió fue que estaban demasiado cansados para ir a dar a 50 kilómetros de la cabecera municipal con un hombre que ni hogar tiene y, en lugar de usar por fin la unidad centinela que tienen en el Gómez Morín para este propósito, lo que hicieron fue “encargar” a una instancia que no debe ni acercarse a este tipo de enfermos un asunto de salud pública de primera importancia. Qué cosas.
