Lunes 06 de Mayo de 2024

Abarrotan tienda de conveniencia en Valles para comprar cerveza

Suspenden la venta por llamar la atención de autoridades de Comercio y porque no tenían refrendo de venta de cerveza

Miguel Barragán

[Huasteca Hoy]

CIUDAD VALLES. Cientos de personas hicieron fila durante dos horas y media o más para llegar hasta el enfriador del Oxxo y poder comprar su charola de cerveza Tecate light, a un costo de 370 pesos, siempre y cuando también compraran 100 pesos más de otros productos dentro de la tienda de conveniencia.

La voz se corrió y los consumidores que intentaban hacerse de un 24 de botes de cerveza para mitigar los calores de 40 grados de esta primavera formaron “una culebra” de ansiosos cerveceros y cerveceras de más de 250 metros de largo.

Pero el encanto terminó como a las 11 de la mañana, porque tanta gente llamó la atención de medios de comunicación y de portales de internet que comenzaron a consignar la presencia de tantos y tantos que iban por la codiciada bebida que por disposiciones de autoridades se vende a cuentagotas en una ciudad donde, según la Secretaría de Salud, seis de cada 10 personas consumen como bebida regular este concentrado de cebada. Fue entonces que llegaron operarios de Protección Civil a pedir a la gente que usaran tapabocas y que mantuvieran su sana distancia mientras llegaban al paraíso de los refrigeradores repletos de botes.

Pero la verdadera ave de mal agüero fue el director de Comercio, Ricardo Amador Peregrina, quien fue a verificar, junto a sus colaboradores, la situación, porque esa serpiente de bebedores sociales era demasiada ostentación de venta y así, como pateando un bote, pidió la papelería a los encargados del Oxxo y resultó pues que no tenían refrendo de venta de cerveza, o sea que no había renovado esa papelería y por lo tanto era ilegal estar ofreciendo el producto de bajo porcentaje de alcohol. Eso suscitó la clausura de los enfriadores, mientras los penitentes de un traguito de cebada se iban enterando, por efecto dominó. La mohína no se hizo esperar y una mañana de felicidad se convirtió en un rato de berrinche, porque luego de la espera larga, se enteraron de que nada de nada. ¿Y la espera?

Luego de un rato se resignaron los consumidores y se disgregaron sobre el pavimento ardiente de mediodía, medios deshidratados y sin la charola como trofeo cargada a pulso.

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