UNAS bitácoras atrás hablábamos del machismo institucionalizado y de la pertinencia de imponer castigos más severos a quienes abusan, golpean o matan mujeres, pero el contexto parece no ayudar de mucho sobre la necesidad de que sea una cuestión cultural el respeto a la mujer y a sus libres decisiones…
UN hombre de 27 años de edad, borracho, se sentó a lado de una niña de 11 años de edad en un autobús urbano que iba hacia la 20 de Noviembre y la manoseó. La jovencita vestía un short corto y no estaba sentada junto a su madre porque el vehículo estaba tan lleno que no tuvieron el privilegio de irse juntas…
ENTONCES él estibador tocó a la joven (eso se tipifica como abuso sexual) y los demás pasajeros que se dieron cuenta pidieron al chofer que se detuviera y llamaron al 911 para entregarlo a la Policía Municipal. El estibador llamado Donaldo quedó detenido y la madre de la menor interpuso denuncia ante la Fiscalía, así que la cosa no se detiene ahí, sino que habrá consecuencias…
AHORA, no sabemos quién sea peor: el abusador ebrio que tocó a la niña o los que en redes sociales culpan a la niña de vestir un short demasiado corto que habría provocado el manoseo, como si tocar a una menor de edad fuera culpa de la niña y no del pederasta que le puso las manos encima…
NO se ha avanzado nada. Ni todo el dolor de las familias de las dos muertas por feminicidio de este año, ni todas las mujeres que son golpeadas y amenazadas en sus casas ha servido para un comino cuando un Australopithecus comenta en las redes sociales que “también ¿para qué se pone ese shortcito?”, como si la elección de una prenda justificada la bestialidad de un tipo que no piensa que no puede abusar de nadie, que no sabe que eso que hace es un acto violento con consecuencias psicológicas para siempre…
COMO dicen las feministas: ella podría andar desnuda y no se le debe tocar (dejar de ver quizá sea imposible) pero no se le debe tocar si ella no quiere y, en este caso, jamás se le debe acercar nadie porque es una niña…
LA ecuación del escenario machista se volvió a poner: el monstruo abusador, la víctima y los coribantes de la estupidez que culpan a la víctima porque fueron criados en el más estricto machismo institucional, sean hombres o mujeres…
NO sabemos si Donaldo o los que culpan a la muchacha sean peores, pero ya se demostró que en cualquier momento podrían volverse abusadores…
(Miguel Barragán)
