Jueves 02 de Mayo de 2024

Bitácora

LA audiencia pedida por el Sindicato de Trabajadores de la DAPAS, al mando de Alejandro Ballesteros al presidente municipal, Adrián Esper Cárdenas el 3 de noviembre de 2018 tardó un año y dos meses en ser contestada vía oficio por la alcaldía, es decir, los sindicalistas querían hablar de la huelga recién iniciada en el […]

LA audiencia pedida por el Sindicato de Trabajadores de la DAPAS, al mando de Alejandro Ballesteros al presidente municipal, Adrián Esper Cárdenas el 3 de noviembre de 2018 tardó un año y dos meses en ser contestada vía oficio por la alcaldía, es decir, los sindicalistas querían hablar de la huelga recién iniciada en el organismo operador y nunca, hasta ahora, hubo un encuentro de las dos partes, a pesar de que muchos podrían pensar que el asunto ya terminó…

ES la sala de espera más larga de la historia vallense con la que se demuestra que el alcalde no tenía la mínima intención, ni la tiene, de recibir a los sindicalistas que ahora se encuentran en un impasse, sobre la judicialización de su movimiento y después de que fueron retirados por la fuerza pública de la DAPAS, el pasado 3 de octubre de 2019, porque de acuerdo con la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, hubo una asamblea de otros sindicalizados que desconoció a la directiva de Ballesteros como líder y regresó a las actividades normales…

SOLAMENTE que en el juzgado séptimo hay un ordenamiento para que los reciban, dado que es un derecho de los de la directiva y Esper Cárdenas se volvió a rehusar, argumentando que no se le exponen los motivos para los cuales quieren hablar con él. El desacato puede derivar en una sanción importante contra el Ayuntamiento y el alcalde, aunque esto parece que se va a alargar, porque su equipo jurídico está al pendiente para no tener que encontrarse, cara a cara, en una reunión formal con quienes buscaban, en el lejano mes de octubre de 2018 que se les aumentara el 8 por ciento o lo que se pudiera negociar…

AUNQUE el alcalde es visto por la opinión pública como un triunfador en el tema, ya que todos los alcaldes anteriores cedían a la negociación con el Sindicato, de cualquier manera hay cosas pendientes sobre la huelga (ya que no se ha negociado a pesar de dos reuniones de las que no se sacó nada), y eso, por más que sea popular la decisión de Adrián Esper de soslayarlos, es un asunto que se tendrá que dirimir…

POR lo pronto, falta ver qué pasará con la reunión que el alcalde debe celebrar con la directiva de Ballesteros, así como también la situación laboral de ésta y de los sindicalizados que siguen apoyando el movimiento, porque no se han arreglado las cuestiones de las rescisiones de contrato, así como tampoco se ha previsto el dineral que se ha acumulado durante la larguísima espera en salarios caídos, ya que, como se dijo arriba, el asunto no ha terminado…

LA DAPAS parece respirar a gusto sin la molesta presencia de Ballesteros, pero su directiva y los demás sindicalizados no van a desaparecer de la faz de la tierra nada más porque ni Esper ni el director de DAPAS, Marco Antonio Guillén ni mucho menos el asesor legal del organismo, Edgar Enrique Sánchez González los quieran volver a ver.

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