Miercoles 15 de Mayo de 2024

Pintas en la UASLP visibilizaron la rabia feminista

Wendy Jiménez

[Huasteca Hoy]

 

“La verdad sí me sorprendió hasta donde llegó ese odio. Nosotros marchamos por una causa que pretendemos que se pueda erradicar que es la violencia hacia las mujeres, al contrario aquí se prendieron y dijeron ‘que las violen, que las maten, que las quemen’, nos sentíamos en la Santa Inquisición”, reconocen integrantes de la Batucada Feminista, a un año de la marcha por el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer”, durante la cual realizaron pintas al Edificio Central de  la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).

 

Consideran que partir de ahí se desató una campaña de criminalización a la protesta social y una cacería en su contra por presuntamente dañar el patrimonio universitario, mismo que fue resarcido posteriormente.

 

Afirman que esa situación envolvió a cada una de ellas en un entorno violento que puso en riesgo no sólo su estabilidad laboral, escolar, social y emocional, sino incluso su vida.

 

Recuerdan que el pasado domingo 25 de noviembre del 2018, un grupo de feministas convocaron a una manifestación que partió de la escultura de Las Tres Gracias, en el Centro Histórico, e incluyó protestas en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado, el Instituto de las Mujeres y la UASLP.

 

En ésta última se realizaron pintas por los casos de acoso hacia algunas alumnas y que no han sido atendidos por parte de las autoridades universitarias, “todavía no se acababa la concentración cuando las redes sociales ya habían explotado en nuestra contra… no sabemos de dónde pero surgió ese amor a la universidad y esa moral por los edificios”.

 

Mientras la Batucada Feminista protestaba frente al Edificio Central, algunas manifestantes colocaron una manta donde se leía: “En la UASLP los acosadores quedan impunes y las alumnas violentadas ¡Ya te vi doc!”. Otras hicieron pintas en la fachada con leyendas de: “Acoso” y “vulvas libres”, imágenes que se viralizaron rápidamente.

 

“No recibimos ningún tipo de apoyo, el INAH, – Instituto Nacional de Antropología e Historia -, se pronunció por el daño al patrimonio. Se dijo que la Universidad iba a levantar cargos en contra de las mujeres que realizaron las pintas. Se hablaba de una demanda, de ser perseguidas, buscadas, de estar en la cárcel. Pero eso fue lo más ´light´ que pudimos leer porque en redes sociales también sugerían: ´que sean violadas, que las maten´, ya era un discurso complemente de odio”.

 

A un año de la controversia las feministas concluyen: “se habló bien, se habló mal pero se visibilizó la furia y la rabia feminista. También surgió la alianza de otras mujeres, la colectividad potosina se fortaleció y se vio en la concentración que se realizó el pasado 8 de marzo, donde hubo más asistencia, más empatía entre nosotras”.

 

Por otro lado la activista, abogada y defensora de los derechos humanos, Fátima Alvizo consideró que la legitimidad de las pintas tiene que ver con el hartazgo que las mujeres sentían en ese momento y que desafortunadamente desató desde entonces un contexto de criminalización a la protesta social.

 

“No hay una forma correcta de protestar, no hay un manual de las buenas costumbres de la protesta social. Las protesta tienen que irrumpir la normalidad… luego vemos que cuando sigues el protocolo, que para ojos de los demás ´es el correcto y así sí son las formas´, no tiene una sanción específica, entonces se opta por este tipo de protesta y de acciones”.

 

Destacó que la Universidad Autónoma de San Luis Potosí ha tenido, en más de una ocasión, la oportunidad para reflexionar sobre los casos de acoso sexual en contra de las estudiantes, no obstante estos van en incremento en las diferentes escuelas y facultades. “Por qué en lugar de criminalizar la protesta social, no volteamos a ver qué está pasando en el interior de la universidad para que el protocolo ni siquiera sea utilizado”.

 

Datos sobre violencia de género en San Luis Potosí

 

Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del Inegi, en 2018 se registraron 60 defunciones por homicidio de mujeres, el más alto en los últimos 29 años, lo que en promedio significa que fallecieron cinco mujeres al mes por agresiones intencionales.

 

En 2016, de las defunciones accidentales y violentas, 23.1% fueron por homicidio, y para 2018, este porcentaje ascendió a 30.6 por ciento. Entre 2016 y 2018, las defunciones por homicidios de mujeres en San Luis Potosí registraron un incremento de 5.6 puntos porcentuales, al pasar de 11.7 a 17.3 por ciento.

 

Por otra parte, menos de la mitad de las mujeres, el 43.9% sufrió violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja, ya sea en el trabajo, la escuela o en algún lugar público, ejercida por compañeros de la escuela o del trabajo, maestros, autoridades o patrones, familiares, conocidos, o extraños en diferentes espacios.